Recuerdo lo que supone, y sobretodo, suponía el desinstalar un programa en Windows. Que me perdonen sus actuales usuarios, pero aun usando los desinstaladores que traían (con suerte) algunos programas, era como asumir que nunca ese programa desaparecería de tu PC (excepto si hacías como de costumbre y periódicamente algún ‘format c:’). Si entrabas en los registros (regedit y demás) siempre encontrarías alguna referencia a esos programas que “borraste” en su día. También dejaban residuos mas potentes como carpetas (quizás vacías con suerte, pero no era 100% seguro que lo estuvieran). Era típico encontrar, normalmente, en ‘program files’ carpetas de programas que habías querido borrar (si, lo de ‘querido’ era ironía). En fin, que asumías que muchas cosas que instalabas, dejarían ‘basura’ en tu ordenador por mucho que este, llevara desinstalador propio. Supongo que esto sucede o sucedía porque Windows no tenía un control de ese proceso de desinstalación o porque Windows no permite que los programas accedan a ciertos sitios como el registro o ‘sitios’ similares.

En Macintosh, desinstalar una aplicación o programa de manera fiable y definitiva tan solo supone una simple acción

Vaya por delante que pongo a Windows únicamente como ejemplo constructivo para que se aprecie la diferencia con Macintosh. No tengo intención alguna de desacreditar a los anteriores Windows (No se si los actuales Windows hacen lo mismo o ya no), sino que la intención real es únicamente la de comparar lo que era evidente en Windows con lo mismo pero en Macintosh.

En Mac, desinstalar una aplicación o programa es tan simple como arrastrar la app a la papelera. Hay que decir que hay que arrastrar el icono de la app (que es el archivo en sí de la app) hasta la papelera, o hacer click secundario y ‘Trasladar a la papelera’. Para hacer esto, hay que abrir una ventana de Finder (CMD + N desde el escritorio) y en la barra lateral seleccionar la carpeta de Aplicaciones (En el caso de no tener la carpeta de aplicaciones en la barra lateral del Finder, se puede configurar en las propiedades de Finder), buscar la app en concreto y arrastrarla. Fácil y rápido.

Hay muchas pequeñas y grandes apps para Mac que aseguran eliminar la aplicación mejor que el propio sistema operativo. Bueno, dudo sinceramente que Mac OS se deje “basura” al eliminar una app, pero eso no supone, que otras aplicaciones de terceros lo hagan muy bien también. De cualquier manera, como todo en Mac, es fácil, tu envías a la papelera la aplicación que no quieres, y te olvidas. No es necesario hacer una especie de ‘format c:’ para que tu Mac quede limpio de polvo y paja (Polvo y paja, en este caso, son los restos que los programas dejan aun habiendo sido desinstalados).

Como pequeña aplicación externa para eliminar aplicaciones de tu Mac, puedes echar un ojo a AppCleaner. No tiene nada de especial, solo que no arrastras a la papelera sino a la propia aplicación y ves lo que se va a eliminar con cierto detalle. Y además te permite eliminar también widgets y otro tipo de archivos ‘de sistema’. Digamos que esta pequeña aplicación es lo mismo que hace Mac OS pero con cierto detalle e incluye una extensión interesante para eliminar de tu Mac otras cosas. Pruébala.

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