Hace menos de un año y a días de la salida de los nuevos smartphones de Apple estallaba la polémica: el Bendgate. Para quien no lo recuerde se trataba de la facilidad con la que el iPhone 6 y, más aún, el 6 Plus cedían ante cierto nivel de presión aplicada, doblándose. En ese momento el sitio Unbox Therapy demostró que ejerciendo una fuerte presión sobre el iPhone 6 Plus, éste se plegaba en la parte superior que incluye los botones del volumen del dispositivo. Si bien la prueba forzaba la situación y había sido tildada de excesiva, se presentaron algunos casos fortuitos pero acontecidos con el uso real del dispositivo.
En Apple se han tomado la cosa muy seriamente rediseñando, para la versión “s”, parcialmente la parte posterior del dispositivo (hablamos de modificaciones de fracciones de milímetro) pero fundamentalmente cambiando el tipo de aluminio utilizado para la fabricación del mismo. Nuevamente Unbox Therapy (a través de 9to5Mac) vuelve a la carga con novedades que ponen a la luz el trabajo realizado por la empresa de Cupertino para mejorar la resistencia de su smartphone.
Bendgate: pasará a ser un recuerdo a partir de la nueva generación de iPhones
A partir del cuerpo del iPhone 6s que llegó a sus manos han procedido, en primer lugar, a una comparación de los materiales relevados a través de dispositivos dedicados para tal función, esto se realizó en una empresa especializada que efectuó el test con un analizador XRF (que permite determinar metales y aleaciones). De allí los datos que nos llegan es que el aluminio del iPhone 6 pertenece a una serie denominada 6000, más precisamente al tipo 6063; la presencia del aluminio en esta aleación es casi del 99%. Con el 6s la cosa cambiaría sensiblemente, debido a que el porcentaje de aluminio iría por debajo del 93% favoreciendo un aumento del zinc a poco más del 6%. Los instrumentos utilizados no pudieron reconocer la serie exacta de esta aleación pero se piensa que sería la 7000, que ya fuera utilizada para el Apple Watch Sport. También fueron relevadas modificaciones sea en el proceso de coloración, con una capa más espesa, como el de anodizado con el fin de disminuir las probabilidades de corrosión.
Después del control “más técnico” se pasó a una prueba al estilo de Unbox Therapy, utilizando una prensa y una balanza para relevar los kilos de presión ejercida. Como era previsible, el cuerpo del iPhone 6 no resistió por mucho tiempo, llegando a tolerar una presión de 14 kg.; el del posible iPhone 6s ha obtenido un resultado mucho mejor llegando a resistir poco más de 36 kg. De confirmarse estos datos con los nuevos smartphones de la compañía de la manzana mordida, que llegarán a nuestros bolsillos en poco tiempo, podemos afirmar que será harto complicado doblarlos accidentalmente.
Os dejamos el video de Unbox Therapy con la prueba realizada a los cuerpos del iPhone 6 y del probable iPhone 6s: