En octubre se van a cumplir cinco años de la desaparición de Steve Jobs; si bien Apple en estos años siguió creciendo económicamente, batiendo récord tras récord en ganancias, número de dispositivos vendidos y ubicándose entre las empresas más importantes del mundo, también se ha separado de determinadas pautas impuestas por el cofundador de la empresa a lo largo de los años.
Esto de por sí no tendría que implicar un juicio negativo respecto a lo operado por Tim Cook, que está demás decirlo, ha escuchado mucho más los requerimientos de los usuarios. La cuestión es que una empresa de los quilates de Apple tendría que estar más allá de esta demagogia respecto a los clientes, que por otra parte como grupo heterogéneo tienen deseos muy diversos y difíciles de complacer. No siempre haciendo caso a la mayoría se obtiene el mejor resultado para todos.
Jobs, a diferencia de Cook, creaba las necesidades, no iba a complacerlas. Quizá ustedes piensen que ése era un planteamiento equivocado, pero el resultado está a la vista. Apple se consolidó bajo este parámetro impuesto por el mítico CEO y le fue muy bien, creando en sólo 10 años cuatro dispositivos que revolucionaron la industria tecnológica: el iMac, el iPod, el iPhone y el iPad. Muchos me podrán decir que desde que está Cook al mando, las ventas y el valor general de la empresa han crecido como nunca, y les doy la razón, pero la base en la cual se sustenta este crecimiento es la de la imagen de una compañía que se formó generando las necesidades de los consumidores y no complaciéndolas.
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Jobs era un creador de necesidades. Cook por el momento sólo las complace
En este sentido hay cinco productos que por sus características (ya sea en diseño, en concepto o en el resultado final del mismo), muy probablemente nunca hubieran conseguido el visto bueno de Steve Jobs. Esto no implica que éstos hayan tenido más o menos éxito y no significa de ninguna manera una evaluación personal sobre los mismos, de hecho tenido más de uno de la lista. Antes que nada quiero aclarar por qué no está el Apple Pencil en la lista de los cinco productos que voy a elencar a continuación. Como bien sabemos Jobs era contrario a la utilización de los lápices en los teléfonos o tabletas. Lógicamente, la tecnología en estos años se ha desarrollado y hoy por hoy el dibujo profesional se está enfocando hacia las tabletas gráficas con lápices ópticos, extremadamente más desarrollados que en el 2007 (año del lanzamiento del iPhone). Esto sumado al mayor tamaño de las pantallas hace pensar que no sea descabellado que Jobs hubiese aprobado este accesorio por lo menos para ser utilizado con el iPad Pro de 12,9”.
Y aquí la lista:
iPad mini (2012)
Apenas un año después de la muerte del tío Steve, Apple presentó el iPad mini, una tableta que salía con la idea de contrarrestar la competencia que estaba comercializando, con cierto suceso, tabletas de este tamaño. Acá nos encontramos con una compañía que corre atrás de la competencia en lugar de marcar su propio camino, cosa que fue siempre el signo distintivo de los de Cupertino. A esto le debemos agregar el hecho de que Jobs afirmó más de una vez que el formato de 7” (el iPad mini es de 7,9”) era demasiado pequeño para una óptima experiencia interactiva, por el hecho de que algunos elementos pueden ser demasiado pequeños para poder tocarlos con precisión.
iPhone 5c (2013)
Nunca fue muy claro el sentido del iPhone 5c, especialmente si se tiene en cuenta que utilizaba el mismo hardware del iPhone 5 al que vino a reemplazar. Los de Cupertino bajaron la calidad del material utilizado pasando del aluminio al plástico. Con este movimiento Apple eliminó el que probablemente sea el iPhone más bello desde el punto de vista estético. Para empeorar las cosas los colores elegidos, que en teoría iban destinados a los jóvenes, resultaron en unos tonos pastel que de juvenil tienen poco. Como corolario, las fundas con los agujeros han sido de lo peor que ha hecho Apple en toda su historia. Todo esto al “módico” precio de 100 dólares menos que el flamante iPhone 5s.
Apple Watch (2015)
Aquí el problema va por el lado de los tiempos (el reloj tendría que haber salido como mínimo, un año antes) pero más que nada por presentar un dispositivo que a la luz de los resultados estaba demasiado incompleto, especialmente en lo referido al soft. El reloj, de hecho, funcionaba en un primer momento con lags nunca vistos en ningún dispositivo de la manzana mordida, al menos en la era Jobs. Recién con la última actualización salida hace poco la reactividad del mismo ha mejorado. En tanto ha pasado nada menos que un año en el cual han también hecho algo que Jobs no se hubiese planteado con un dispositivo tan joven: bajarle el precio.
Funda Smart Battery Case iPhone 6/6s (2015)
Antes hice mención a la funda del iPhone 5c, este esperpento la supera con creces. La funda Smart Battery Case es un golpe en los ojos. Todo lo contrario respecto al concepto estético que siempre pregonó el cofundador de Apple. No llego a comprender cómo se les ocurrió presentar un accesorio de este tipo. Convengamos que es necesaria una ayuda para la batería de los iPhones 6 y 6s, pero podría haber sido hecha con un mínimo de sentido estético.
iPhone SE (2016)
El concepto es absolutamente acertado porque hay muchísima gente que prefiere un dispositivo más pequeño para llevar todo el día. También fue acertado el precio extremadamente competitivo, especialmente en los Estados Unidos. Otra cosa positiva que tiene el iPhone SE es que va en sentido contrario a la competencia, que tiende a hacer los teléfonos con pantalla más pequeña con también menor potencia del hardware optando por un diseño similar o decididamente idéntico a los top de gama. Todo bien hasta aquí, pero Jobs no hubiese aprobado un dispositivo renovado de esta manera con un diseño que se repite desde hace 4 años (desde el iPhone 5). Era más que obvio que el teléfono necesitaba de una renovación total que seguramente hubiese apuntalado más las ventas del mismo.
Esperemos que en el futuro inmediato los de Cupertino recobren su impulso y comencemos a ver dispositivos que nos sorprendan, que innoven y que sean apetecibles estéticamente. Ya pasó el momento de ir con el piloto automático, llegó el tiempo de volver a ser la Apple que nos quitó el sueño por décadas.