Decía Steve Jobs que había que decir que no a 1000 cosas para que existiera la innovación. Se refería a que no todo vale y no todo está justificado, en cuanto a la tecnología se refiere. Eso se tradujo -en su día- en que el catálogo de productos de Apple se vio notablemente mermado por descartes del propio Jobs.
Cuando Steve volvió a Apple después de su “aventura” con NeXT, trajo consigo muchas cosas nuevas que aún -ni siquiera él- estaban implantadas en Apple. Así pues una de ellas era el renunciar a muchos productos del catálogo de aquella época. El porqué de esta “maniobra” está encerrado en la frase motivo de este post “Para que exista la innovación hay que decir que no a 1000 cosas”.
Decir que no a 1000 cosas, uno de los secretos de Jobs
Así pues, y siguiendo esta máxima, muchos productos de Apple fueron retirados en su momento. Pero no fue solo eso lo que trajo esta “frase“, desde ese momento las cosas cambiaron de manera drástica en cuanto a la concepción de los productos diseñados y desarrollados por Apple, ya que se tomaría -de manera firme- el camino que hoy en día se impone en la compañía de Cupertino.
Seguramente, en Apple alguien propondría ponerle al iPhone unos cuantos botones mas de los que tiene (quizás el botón ‘atrás’ o ‘cerrar’ o quien sabe qué botón mas). Pero fue Jobs y su filosofía la que echó atrás todas esas ideas e hizo que finalmente el iPhone (que fue el primer producto que seguía esta idea) tuviera un diseño plano, “minimalista” y sin apenas botones. Obviamente la competencia de Apple hacía justo lo contrario, los dispositivos no eran planos, ni minimalistas y por supuesto tenían muchos botones.
Ni que decir tiene que el objetivo de Jobs y de Apple era el de hacer las cosas sencillas y fáciles. El tiempo le ha dado la razón a Apple en todos los sentidos… la mayoría de los productos comunes de la competencia se parece sospechosamente mucho a lo que hace Apple… ¿No os parece?
