Cuando no se comprende quién es la competencia se corre el riesgo de perderlo todo. Esto es para mí lo que está sucediendo con Samsung. La empresa sudcoreana sigue mirando al pasado, especialmente al lapso de tiempo en el que realmente fue la competencia del iPhone, por muchos méritos propios pero fundamentalmente porque no tenía rivales entre los productores de terminales con Android. Bueno, ha llegado el momento en el que se tienen que despertar y dejar de soñar con un tiempo que ha sido bueno pero que hoy es parte del pasado.
Lo necesitan porque en este momento tienen muy fuertes rivales en el jardín de casa; con el ingreso de Blackberry al mundo Android la casi totalidad de las empresas que fabrican dispositivos móviles lo harán utilizando el sistema operativo creado por la gente de Mountain View, la obvia excepción es Microsoft y su Windows 10.
De persistir con este tipo de estrategia es muy factible que siga perdiendo cuota de mercado, más aún cuando en la ecuación no sólo encontramos a las grandes marcas como LG, Sony, Motorola, etc., sino también a los nuevas realidades que van sentando cabeza como Huawei o HTC y al gran dolor de cabeza de todos: los pequeños productores chinos que poco a poco y en conjunto van incrementando sus cuotas de mercado. Lógicamente en una economía como la que vivimos en Europa la posibilidad de comprar un teléfono con las características técnicas de un dispositivo de gama medio alta y el precio de un gama baja es una tentación en la que muchos están empezando a caer.
Los teléfonos de gama alta de Samsung siguen perdiendo cuota de mercado
Ahora, Samsung posee una amplísima gama de dispositivos móviles pero muchas veces los precios están por sobre la media del sector, por ende, tendría que estudiar bien la manera de reposicionarse donde todavía es muy fuerte. No digo que deje de producir teléfonos de gama alta, pero en vista de que sus ventas en este sector están cayendo de manera estrepitosa tendrían que replantearse una estrategia de reducción de precios desde el lanzamiento y mantener los mismos durante un período de tiempo más prolongado. Todos sabemos que el Galaxy S6 Edge que compramos hoy a precio entero en un par de meses, a lo sumo, sufrirá un fuerte descuento que se acentuará conforme pasen el tiempo. Uno de los puntos fuertes de Apple es, justamente, mantener el precio del terminal durante un entero año. Y me parece que además es justo para quien hace un gasto de al menos 700 euros.
Relanzamiento de la promoción Test Drive
En esta óptica de negación de los hechos, el fabricante sudcoreano había generado una iniciativa que permitía, para quien estuviese interesado, probar por 30 días y a sólo un dólar un dispositivo a elección entre el Galaxy Note 5, Galaxy S6 Edge o el Galaxy S6 Edge+; después de un mes de prueba el usuario podría decidir si devolverlo o quedárselo. Lógicamente, los dispositivos se distribuyeron como pan caliente aunque seguramente pocos lo habrán comprado, esto se desprende de la nueva promo que agrega a este período de prueba y en caso de adquisición del teléfono, 100 dólares de regalo para gastar en el Google Play en la compra de aplicaciones, juegos, películas, entre otros; además Samsung dará 100 dólares extra a los usuarios de iPhone que decidan restituir el propio dispositivo.
Puedo anticipar, sin ser un vidente, que pocos poseedores de un iPhone se adherirán a la promoción.