Por asuntos mayormente religiosos, para muchos hoy, 24 de Diciembre, es sin duda uno de los días más especiales del año, la Navidad. Hoy es, principalmente, el día de desear cosas buenas y positivas a propios y a ajenos, de sonreír mucho sin mirar a quién, incluso dicen que hasta es un día para “soñar”, para mirar con buenos ojos. También, por otro lado, hoy es un día marcado en el calendario para gastar dinero, para regalar desde cosas muy materiales hasta los mejores sentimientos que podamos encontrar dentro y fuera de cada uno de nosotros… Hoy, sin duda alguna, no es un día cualquiera para nadie.
Hoy no voy a hacer tutoriales como tampoco me apetece contar mi punto de vista de algo más o menos técnico relacionado con Apple o Android o Windows o lo que sea… Hoy, os quiero hablar de la experiencia Apple que yo mismo he vivido en mis propias carnes este año, pero no solo en Navidad, sino durante todo el año.
Por motivos profesionales he tenido que pasar la mayor parte de este año lejos de mi familia y de mis amigos. Por eso, mi única ventanita por la que me podía comunicar con todos ellos de manera fácil, segura y rápida era y fue a través de mi pequeño iPhone 4S y de sus aplicaciones de comunicación que todos conoceis.
La experiencia Apple en 2014, con y sin la Navidad de por medio
Irme cada día, por ejemplo, a una cafetería y abrir el Facebook o Twitter para ver las actualizaciones y las fotos de mis amigos y “conocidos” se convertía para mi en un acto casi que de “fé”, ya que era la “única” forma rápida de estar cerca de todos ellos. O por ejemplo no quitarle el ojo al WhatsApp esperando siempre una notificación con su popular sonido “tritono” que me llevara a uno o varios mensajes de las personas que se acordaban de uno. Hacer llamadas telefónicas normales a casa o hacer algún FaceTime con las personas que estaban al otro lado del mundo, era cosas tan simples pero tan especiales que no se podían dejar perder. Por todo ello, para mí, el iPhone se convirtió en el 80% de mí mismo, porque sin el iPhone quizás me hubiera perdido muchas cosas positivas.
Tengo que añadir, que además, mi experiencia Apple ha venido también de la mano de Antonio Expósito (fundador de iOSMac) y del propio blog de iOSMac. Desde que formo parte de esta familia de editores, dedico una parte del día a escribir esas cosas que pienso y veo del mundo Apple y del mundo que a mi mismo me rodea. Como si de una terapia se tratase, la web de iOSMac y escribir mis post cada día lograron hacer esa ventanita tan especial, mucho mas grande. Ya no solo me comunico con mis familiares y amigos con mi MacBook o mi iPhone, sino que además me comunico con todos vosotros y con mis compañeros del blog como son Manu, Ruben, Santiago, Alberto, José, Francis y por supuesto Antonio. Desde aquí, a todos ellos y a todos los que nos leéis… Feliz Navidad (o feliz día normal si poco tenéis que ver con la Navidad).
Es cierto que todo esto se puede vivir, no se si igual, pero se puede también vivir con dispositivos de otras marcas… y que seguramente estaría escribiendo lo mismo de haber tenido un Sony Xperia con Android (no hubiera escrito nada, sinceramente)… pero lo cierto es que para mi, mi “ventanita” a mis amigos, a vosotros y mis familiares eran mis dispositivos Apple, sin más.
Por eso, lo que realmente quiero transmitir es que en un día como el de hoy (o cualquier otro día que os resulte especial), tener un iPhone a mano es mas que importante, ya que se podría llegar a convertir en la única manera de llegar a las personas que quieres o te importan. Por eso, porque con un iPhone puedes hacer FaceTime o enviar WhatsApp o hacer una simple llamada de teléfono a las personas que te importan, hay que tenerle un “trato” especial aunque sea un objeto material. Porque aunque sea eso, un simple objeto, un día como hoy, puede hacer que tu experiencia, sea inolvidable.
Y ni que decir tiene que gracias a esos “cacharros” te pueden pasar cosas muy muy especiales y buenas…. 🙂
aE