Cuando surgieron los teléfonos móviles todos andábamos preocupados con la unión poco saludable de las ondas y nuestras cabezas. La cercanía de las antenas de los celulares a nuestra masa encefálica nos hacía imaginarnos, a algunos, un horno microondas y que nuestro cerebro se cocinaba a fuego lento, con decenas de tumores creciendo en nuestro interior, cada vez que sonaba nuestra melodía preferida y apretábamos el botón verde de descolgar.
Un estudio realizado en Australia durante 29 años desmiente la creencia de que el uso del teléfono móvil favorece el desarrollo de tumores cerebrales
En Australia, un grupo de investigadores de la Universidad de Sidney, decidió poner fin a la eterna discusión. ¿Favorecería el uso de teléfonos móviles la aparición de tumores cerebrales? Utilizando la base de datos australiana, existente por ley, referida a los casos de cáncer de todo el país registrados durante los últimos 29 años se ha podido concluir que el mito es falso. El uso de la telefonía móvil no supone un mayor riesgo para padecer cáncer cerebral.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista científica Cancer Epidemiology, se ha realizado sobre 34.080 personas diagnosticadas de cáncer y se ha tenido en cuenta su relación con el teléfono móvil. Un 58% eran hombres, entre los que se produjo un ligero aumento en las tasas de tumores cerebrales, y el 42% restante eran mujeres entre las que la tasa se mantuvo estable a lo largo de los 29 años de estudio.
En poco más de dos décadas hemos aumentando el uso del teléfono móvil de un 9% a un 95%
Además hay que tener en cuenta la evolución a lo largo de los años del uso de este tipo de dispositivos. 1982 era la prehistoria de la tecnología inalámbrica y pese a que su presencia en la vida cotidiana ha supuesto un crecimiento exponencial, pasando del 9% en 1993 al 95% en la actualidad, los casos de cáncer se han mantenido estables. Si estuviesen, ambos mundos relacionados el tumor cerebral sería una de las primeras causas de muerte a nivel mundial, y no lo es.
La justificación es sencilla, los teléfonos móviles utilizan frecuencias de ondas no ionizantes para conectarse con las torres de repetición, ondas que se consideran completamente seguras y que no se encuentran entre las posibles causas del cáncer.
Por lo tanto, aunque probablemente la creencia se seguirá alimentando eternamente y el debate seguirá presente en la sociedad, hoy ya contamos con un nuevo estudio que desmiente la relación directa entre el uso de la telefonía móvil y los tumores cerebrales.
¿Seguirás creyendo en el mito o empezarás a usar el móvil sin preocupaciones?