Hace 24 años las cosas no resultaban tan “fáciles” como parecen que resultan ahora. El acceso a Internet a buenos ordenadores o productos de gama alta a nivel tecnológico no era tan sencillo como lo es ahora, donde tenemos muchos productos donde elegir. Apple no era tan tan magnífica como ahora. Sin embargo era lo suficiente como para lanzar al mercado un producto que aún sin saberlo, al menos los usuarios, se convertiría en lo que los demás quieren hacer o ser. Nació el iMac y eso cambió todo.
Anuncios con personalidades. presentaciones ingeniosas. Todo parecía poco para decir al mundo que el iMac era lo mejor que les había sucedido
En 1998, Un Steve Jobs en el apogeo de su carrera, presentaba en sociedad el que probablemente es y ha sido el mejor ordenador de todos los tiempos. Estamos hablando del iMac. Un ordenador que era capaz de ridiculizar a sus rivales al igual que lo hace ahora. Ya por aquel entonces también ridiculizaba por el precio, de lo alto que era, claro, pero esa es otra historia.
Hace 24 años, Apple presentaba el que era el primer producto destinado a los consumidores no profesionales. Es decir, a los usuarios del día a día. Un ordenador personal con un diseño peculiar que o bien lo amabas o detestabas, sólo a primera vista, porque cuando lo utilizabas no había opciones: Lo amabas.
El 1998 nacía el que era el resultado de unir la eficiencia de Internet con la simplicidad y belleza de Macintosh. Nacía el iMac. Steve Jobs sabía que ese producto iba a ser un éxito lo que no se si llego a creer, es que se imaginara que cambiaría por completo a la empresa, la visión de los usuarios de los ordenadores y el mundo en general.
En la presentación, el genio de la empresa, comparaba su iMac con otros productos de la competencia y lo hacía sin tapujos o miramientos. Ridiculizó a los otros competidores. No había rival y eso el jefe lo sabía y lo promulgaba a los cuatro vientos. De hecho, llegó a comparar el iMac con el Compaq Presario 4540. Vaya paliza se llevó.
El iMac se vendió solo. Se necesitó publicidad, porque era un producto nuevo de una compañía recién estrenada. Con las idas y venidas que hubo, había que echar la carne en el asador y eso hacía que se necesitase algo de ayuda de personalidades del espectáculo. Jeff Goldblum ayudó a convertir el sueño en realidad.
Después de esto, ya estaba todo hecho. El iMac se vendió como nunca otro ordenador. Pero ¿Por qué?. Una sola razón: Eficacia.
Sí. El iMac era/es el ordenador perfecto. Rápido, bonito, distinto, cuidado hasta el más mínimo detalle. Cuando adquirías uno, parece que comprabas un producto hecho y diseñado especialmente para quién lo compraba. Diferente del que compraba el vecino o el de otra ciudad. Era algo personal y esa fue la razón de su éxito y la razón de ese cambio en el mercado y en la visión de los ordenadores.
Por eso, los usuarios esperamos con ansia cada vez que se quiere o se dice que se va a renovar el iMac. Sólo se esperan cosas buenas de esta máquina. Tanto a nivel de diseño como a nivel de software. macOS hace genialidades y maravillas. Siempre se ha dicho que Apple crea dispositivos en perfecta simbiosis con el sistema operativo y viceversa. El iMac es el claro ejemplo de que eso es así.
Solo me queda felicitar al iMac por estos 24 años y desear que sean otros tanto más como mínimo. Que nosotros lo veamos y disfrutemos y sigamos teniendo ordenadores de consumo particular espectaculares y siempre novedosos como lo fue en 1998.