American Express, la gran compañía de servicios financieros, se ha sumado a Apple en el desarrollo del nuevo sistema de pago móvil implantado en la próxima generación de dispositivos iPhone, que serán presentados el próximo 9 de septiembre.
Según las informaciones, esta asociación realizada entre estos dos gigantes de sus respectivos mercados, se sustenta en el sistema de pago que está previsto para el nuevo iPhone 6.
Se trata de un sistema de monedero electrónico que permitiría a los usuarios utilizar su teléfono para realizar pagos de forma directa, sin necesidad de tener que sacar nuestra tarjeta de la cartera.
Este acuerdo con American Express parece reafirmar la integración de un chip NFC en el nuevo iPhone 6
A pesar de que American Express sea una referencia, se espera que Apple rubrique más asociaciones de este tipo, como ya se ha ido rumoreando durante el verano con la posible colaboración con Visa, de tal manera que se obtenga mayor accesibilidad a este servicio por parte de un mayor número de usuarios.
Para lograr que este sistema se materialice es necesario que el nuevo iPhone 6 disponga de un medio de comunicación de corto alcance. Es en este punto donde las filtraciones relacionadas con la integración de un chip NFC vuelven a coger fuerza.
Hasta el momento los dispositivos iPhone tan solo pueden acceder a servicios similares a través de un sistema patentado por los de Cupertino que, mediante la interacción entre la conectividad Wi-Fi y el Bluetooth, al que se le dio el nombre de iBeacon, logran ofrecer un servicio de pago con múltiples restricciones, dado el bajo número de establecimientos que aceptan esta funcionalidad.
Esta colaboración estrecha con American Express muestra un futurible gran avance en los nuevos iPhones, puesto que de ser cierta la integración de un chip NFC en los nuevos dispositivos, se ofrecerá una mayor funcionalidad en nuestros dispositivos móviles, a la vez que se garantiza una mayor seguridad en los medios de pago, puesto que al tratarse de un método que actúa por proximidad resulta más difícil la intervención de terceras personas en el proceso de compra.