Uno de los dilemas de la revolución industrial, primero provocada por la máquina, luego por la informática y más recientemente por la robótica y la inteligencia artificial, es el impacto que tiene en la mano de obra humana. Toda automatización de la producción implica una reducción de tiempos y costos, pero también de personas ocupadas en ello.
La industria de la tecnología, por definición, es la que marca el ritmo en esta cuestión. Empresas del rubro gastan muchísimo dinero para optimizar sus líneas de producción y tienden, en general, a reemplazar a sus empleados por poderosos robots que no exigen salarios ni se sindicalizan.
“La robótica y la automatización de la producción son fantásticas y sorprendentes… cuando funcionan”, aseguró David Bourne.
Pero ¿qué sucede cuando la automatización no funciona? En los últimos años, hemos visto como Apple y otras gigantes han vuelto sobre sus pasos y recontratado a seres humanos calificados en reemplazo de robots que se volvieron obsoletos muy rápido. De eso trató la entrevista que el medio The Information le hizo a David Bourne sobre su tiempo de trabajo en Foxconn.
“La robótica y la automatización son fantásticas y sorprendentes… cuando funcionan”, aseguró David Bourne. Y agregó que “Cuando algo se rompe, solo Dios sabe lo que sucederá”. Bourne es ahora científico principal de sistemas en el Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon, pero trabajó en múltiples proyectos de automatización destinados a productos de Apple.
La misma Foxconn presionó a Apple para automatizar la producción. Y por ello, en 2012, hasta Tim Cook viajó a China para ver los resultados de una línea de producción experimental que prometía ensamblar el iPad exclusivamente con robots. El proyecto pretendía equipar a la empresa con un millón de robot en un plazo de dos años.
La realidad es que, siete años después, Foxconn sólo contaba con cien mil robots en toda su cadena. Y según The Information, esto debió a la insatisfacción del Apple con el producto terminado.
También en 2012, Apple habría lanzado su propio laboratorio de robótica (secretamente y muy cerca del Apple Park). Según ciertos rumores, allí solo trabajaba un equipo de especialistas en automatización e ingenieros de robótica que intentaron diseñar su propia cadena de producción automática. La orden era reducir a la mitad la necesidad de capital humano (unos 15.000 empleados). Pero no funcionó.
Al parecer, tareas críticas como el uso de pegamento y la manipulación de pequeños tornillos requería de precisión humana que las máquinas no lograron. De hecho, la mayor falencia de la robótica habría sido la percepción, la detección de problemas.
El laboratorio habría sido abandonado en 2018.
El intento de automatizar la producción del MacBook
El equipo se instaló en una fábrica en China y estaba destinado a ensamblar la pantalla, el teclado y el panel táctil en la carcasa. Según ciertos informes, hubo diversos problemas que volvieron imposible la producción. Pero la mayor complicación fue el momento en que la misma cinta de producción de descompuso.
“Si las cosas dejan de funcionar, la automatización no puede detectar eso todo el tiempo y repararlo”, le dijo Bourne a The Information.
La capacidad humana
Si bien es esperable que algún día los robots reemplacen completamente a los humanos en las tareas mecánicas, la realidad es que hoy en día es mucho más simple capacitar a un trabajador para que realice determinada función que desarrollar un artefacto poco versátil que pronto quedará desfasado.
La robótica y la inteligencia artificial deben hacernos la vida más fácil. Se crearán nuevos retos, pero también nuevas tareas. Debemos prepararnos.