Han saltado las alarmas en Cupertino: las fábricas de producción no van a dar suficientes unidades para el 3 de noviembre. Esto no solo es un problema para Apple, Samsung también se verá afectada debido a que por cada iPhone X vendido se llevan una totalidad neta de $110, aunque a la compañía coreana no es que les deba importar en exceso la situación de sus rivales ya que los consumidores que no tengan la paciencia suficiente como para hacerse con el iPhone X acabarán con un alta gama como el nuevo Samsung Galaxy Note 8 o el también reciente Galaxy S8.
La empresa de la manzana mordida puede estar en apuros debido a la producción de su nuevo buque insignia iPhone X
Apple está en una situación bastante comprometida, por primera vez en la historia del smartphone está siendo superada por la competencia en diseño, y si me lo permitís, en rendimiento. iOS 11 no está funcionando como se esperaba y sobre todo, los usuarios que estamos en modelos anteriores como iPhone 6, o en mi caso, iPhone 6 Plus, ya vamos notando como el dispositivo nos va pidiendo una actualización.
Este momento de debilidad por parte de los de Cupertino también es complicado para los que somos fanáticos de la manzana desde que tuvimos por primera vez un iPhone en nuestras manos. En mi modesta opinión, ha sido un problema de marketing el hecho de presentar la gama de teléfonos 8 y X juntas. Es sabido por todos que un gran porcentaje de los consumidores que adquieren dispositivos Apple es debido en gran parte al estatus social que genera, y estoy seguro de que todos los que tienen este pensamiento ya descartan los iPhone 8 de forma inmediata.
Jun Zhang, un analista de la firma de investigación Rosenblatt asegura que el smartphone se está produciendo a un ritmo de 400 mil unidades por semana. Su proyección es más conservadora para dispositivos totales producidos este año: 20 millones de unidades, pero aumentaría a 50 millones en el primer trimestre del próximo año. Con un iPhone 8 poco goloso para muchos, y teniendo en cuenta que es la primera vez desde 2014 que el móvil de Apple cambia de diseño, la demanda va a ser muy superior al stock, y lo más probable es que si estás interesado en un iPhone X no puedas conseguirlo hasta 2018.
La clave del problema es que los ingresos de la compañía californiana dependen completamente del iPhone, si esto hubiera pasado en 2006, estoy seguro de que no sería tan grave el retraso y tanto los Mac como los iPod salvarían el trimestre. Si acaba saliendo para 2018, se juntará con la presentación del próximo gama alta de Samsung (Galaxy S9) y esto condicionará aún más al consumidor.
¿Y ahora qué?
El único hecho que haría posible que Apple no tuviera pérdidas en exceso de volumen de ventas de iPhone es que los clientes sean fieles al ecosistema que han creado, gracias al cual, todos los dispositivos están perfectamente sincronizados en armonía mediante iCloud.
Un consumidor como yo que lleve años en la compañía y tenga varios productos de la manzana mordida tiene pocas probabilidades de irse a la competencia debido a la dependencia que tienen a esta sincronización que nos facilita la vida. Sustituir las aplicaciones nativas como Recordatorios, Calendarios, Notas… por aplicaciones de terceros haría que se llene el Mac de herramientas que no tienes por qué usar, ni tienes por qué adaptarte a nuevas interfaces para hacer exactamente lo mismo.
En conclusión, son momentos difíciles para ser clientes de Apple y no ceder ante las tentativas de Samsung, solo queda esperar a que consigan solucionar los problemas con iOS 11 mediante parches y que los usuarios podamos ignorar al diablillo consumista que nos pide cada día al oído el cambio de terminal.