El mundo parece querer retornar a esas vertientes proteccionistas del siglo pasado. Con la llegada al poder de personajes como Trump, las potencias amenazan con cerrar sus puertas e incentivar la industria nacional (y/o prohibir la importación) en desmedro de las cadenas globales de producción. Así, empresas como Apple -con una amplia red de negocios dispersa por el globo- podrían resultar severamente afectadas en especial por el aumento de costos y la movilización de proveedores estratégicos, fundamentales en el desarrollo de productos clave como el iPhone.
El flamante presidente electo estadounidense Donald Trump ha remarcado durante toda su campaña, e incluso luego de ella, que apuntaría en este sentido: Pretende obligar a las grandes tecnológicas a producir en suelo norteamericano.
Con las elecciones consumadas, rápidamente Apple salió a pedirle a sus proveedores que cotizaran una hipotética mudanza a los Estados Unidos de toda la infraestructura. Y al parecer los resultados no serían positivos. La única compañía interesada en mover “una parte” de su negocio a esas latitudes sería Foxconn; el resto de la cadena de suministros estaría negada por las abultadas inversiones que implicaría el traslado, y por los mayores costos laborales y operativos que tendrían que afrontar en ese país.
La única interesada en producir el iPhone en los Estados Unidos sería Foxconn, el resto se niega a asumir mayores costos.
Según informe de consultora china, la mayoría de las empresas asiáticas habrían tomado la decisión definitiva de no establecer líneas de producción en los Estados Unidos. El caso más resonante es el de Lens Technology, proveedor del vidrio que cubre al iPhone y que emplea a más de 70 mil personas en China, todos menores de 45 años (muy por debajo de la media de edad de los trabajadores estadounidenses). Otra empresa que le daría la espalda a esta movida es Pegatron, referente en el mercado de fabricantes.
Por su parte, Foxconn estima que, con este plan, se necesitaría una inversión total de 7 billones de dólares durante cuatro años. Eso sí, se generarían 50 mil nuevos puestos de trabajo.
En este marco, parece complicada la tarea de Apple, ¿qué será de la vida del iPhone? ¿Podrá la empresa de Cupertino mantener los precios en 2017?