Hemos sido testigos de como muchos usuarios han sometido al iPhone a duras condiciones poniendo a prueba su durabilidad y resistencia. Desde las más locas e ilógicas pruebas hasta las más cercanas a nuestra realidad. Tests de caída, agua, altura, hasta incluso de resistencia a balas son algunos ejemplos de YouTubers dispuestos a medir cada parte del móvil. Pero nunca se ha probado si un iPhone sobrevive a una caída de más de 300 metros de altura.
Esta historia no es intencional como muchos videos en YouTube. Es decir, en ningún momento fue la intención del propietario poner en riesgo su móvil. Un reportaje presentado por WHOtv.com
El pasado martes Sarvinder Naberhaus junto a su amiga Donna Johnson de la ciudad de Ames sobrevolaban los cielos de su ciudad en una avioneta como parte del American Barnstormers 2018 tour.
Es así que, en pleno vuelo Naberhaus sacó su iPhone para tomar algunas fotografías y debido al viento y la velocidad el iPhone cayo desde 300 metros de altura con paradero desconocido hasta ese momento.
Cuando el avión aterrizó. La dueña relató lo sucedido al piloto. A lo que él lamentó lo sucedido e indicó que sería prácticamente imposible encontrarlo. Y si en caso fuera así. No sería en buen estado.
Como es lógico; la dueña del iPhone empezó con la búsqueda de su móvil con la aplicación Find My iPhone, pero sin suerte. Cuando ya se resignaban a la perdida. La dueña realizó una nueva búsqueda del móvil y allí estaba. El móvil apareció en el mapa de la aplicación.
Y la búsqueda empezó furtivamente.
Cuando estuvieron a pocos metros del móvil, la dueña empezó a hacer sonar el móvil para poder ubicarlo. Esto con la aplicación en un iPhone prestado.
Y finalmente estaba allí. Cara arriba el iPhone indicaba incluso una alarma para las 4 p.m. Este se encontraba sobre el césped, el mismo que quizá amortiguó la caída. El iPhone se encontraba intacto, sin ningún rasguño.
“Literalmente entré en shock”, dijo Johnson. “‘¿Le pregunté si esto es real? ¿Es ese el mismo teléfono? ‘”Y dije’ ¡este es un teléfono milagroso, no es posible que un teléfono caiga desde 300 metros y que siga funcionando!'”
“Esto me enseñó que Dios tiene un gran sentido del humor, que él tiene el control y que sus manos están en todas partes, sus huellas digitales están en todas partes. No solo creí que no lo encontraría y mucho menos que estaría completo”, dijo Naberhaus.
