Si alguno de vosotros se ha preguntado alguna vez que fue de las Google Glass, ese accesorio tecnológico que prometía revolucionar el presente acercándonos a un futuro propio de las grandes pantallas, tenemos la respuesta. O casi, porque, aunque no son Google glass, la policía china usa gafas inteligentes con reconocimiento facial para, escudriñar entre los más de 60.000 pasajeros que cada día pasan por la estación de tren Zhengzhou Este, e identificar a sospechosos y a individuos acusados de haber cometido algún crimen.
Evidentemente esta noticia, más próxima al guión de una película de ciencia ficción sólo podía tener como origen al gigante asiático donde, no sólo se ha hecho realidad el uso de gafas inteligentes, sino que también estarían ensayando un sistema que nos aproximaría al año 2054 de Minority Report y su sistema precrimen.
La policía china usa gafas inteligentes con reconocimiento facial para identificar sospechosos en la estación de tren Zhengzhou Este
¿Y como funcionan las gafas de la policía china?. Sencillo. Escanean las caras de los pasajeros, a razón de 10.000 caras en 100 milisegundos, según Wu Fei, el CEO de LLVision Technology, y se conectan a las bases de datos de la policía confrontando la información. De esta forma, a través del uso de las gafas inteligentes, la policía china de la estación de Zhengzhou Este ha podido arrestar a siete personas acusadas de delitos como tráfico de personas o de haberse dado a la fuga después de un atropello y a otras 26 personas por viajar con documentación falsa.
Pero el uso de la tecnología de reconocimiento facial no se va a limitar a una estación de tren o a una ciudad, ya que China está trabajando en el desarrollo de un sistema con una base de datos a nivel nacional que le permitiría reconocer a cualquier ciudadano, de entre los más de 1.300 millones de chinos, en tan sólo tres segundos.
Programas de reconocimiento de voz permiten a la policia china desarticular redes dedicadas a las estafas telefónicas
Está claro que China apuesta fuerte por las nuevas tecnologías cuando se trata de la seguridad interna del país. De hecho ya se usan las nuevas tecnologías para la identificación de conductores que violan normas de tráfico en Shanghái, o para la localización de un niño secuestrado en Shenzhen. Pero no sólo nuestras caras se escanean en China. Programas de reconocimiento de voz han permitido al aparato policial del Estado chino desarticular redes dedicadas a las estafas telefónicas en la provincia de Anhui.
Está claro que la tecnología avanza a pasos agigantados y que de nosotros, sólo de nosotros, depende el uso que hagamos de ella. Cada día el hermano mayor de George Orwell, auqnue con tres décadas de retraso, se materializa de una forma más evidente en nuestras vidas. Y cada día el derecho a la intimidad y a la privacidad de los individuos parece estar más en entredicho para unos estados que quieren poder controlar a sus ciudadanos con la intención de evitar… ¿qué quieren evitar realmente los gobiernos controlando a los ciudadanos que les han elegido para gobernarles y velar por sus intereses, pero no para ser controlados?.
Esperemos que las nuevas tecnologías se usen de una forma racional para velar por los ciudadanos del mundo y no en favor de los intereses de las clases dirigentes.