Ya falta muy poco para que Apple nos devele sus nuevos sistemas operativos, como suele acontecer en cada WWDC. En la previa siempre los rumores se orientan sobre hipotéticas presentaciones de hardware que en general no se concretan. Irónicamente sobre el software, que es el centro del evento, hay escasos datos.
Probablemente uno de los motivos de esta tendencia, que se repite año tras año, sea que el grueso de la gente está más interesada en el hardware que en el software, que en sus últimas versiones se ha diferenciado poco de las precedentes, en teoría por enfocarse hacia una estabilidad de los sistemas operativos que en la práctica jamás se consiguió.
A nueve meses del lanzamiento de iOS 9 aún siguen apareciendo actualizaciones para corregir errores del sistema, en ocasiones banales; en definitiva, iOS desde hace algunos años a esta parte es un sistema inmaduro y en constante desarrollo, es como si usáramos siempre una beta del sistema. Por el lado de OS X la situación es mejor pero tampoco podemos hablar de un paraíso de la estabilidad, cosa que en algún momento fue la carta ganadora de Apple.
Otro motivo de la poca información que nos llega, a pocas horas de la presentación, es el recelo de la compañía de la manzana mordida en cuidarse de no revelar ciertas novedades que, de alguna manera, arruinarían la keynote más importante del año (la de septiembre). Un ejemplo claro es la implementación del 3D Touch, la función más importante que trajo iOS 9 y que no fuera anunciada en la WWDC 2015.
Dentro de lo poco que se filtró la cosa más destacable es la casi cierta llegada de Siri a OS X que mutaría de nombre por macOS (con o sin mayúscula, no queda claro); también algunos cambios que podrían producirse en Apple Music y iTunes. Del resto, poco.
WWDC 2016, se sabe realmente poco sobre lo que pueda presentar Apple en el evento del lunes 13
Más allá de los escasos indicios, este evento puede ser fundamental para el desarrollo de Apple, desde mi punto de vista bastan solamente dos decisiones estratégicas que rompan el esquema de continuidad que nos está presentando la compañía de Cupertino en los últimos años, un par de modificaciones para volver a encarrilar la cosa y reposicionar todas las líneas de hardware que están viendo cómo merman sus ventas y cuotas de mercado:
- Reducir los equipos compatibles con los nuevos sistemas operativos: esto es algo esencial para lograr una mayor estabilidad en todos los dispositivos, sea en los nuevos como en los que cargan más años a sus espaldas. Los sistemas tienen que ser compatibles con -al máximo- un par de generaciones del dispositivo (incluyendo el del actual año) para los dispositivos portátiles. Para los Mac se podría ampliar a 4 años. Sé que es algo poco popular, pero para mí sería un remedio para los continuos problemas de estabilidad de todas las gamas de productos de cualquier generación. Ya es hora de dejar a un lado esta política de expandir a más no poder la compatibilidad de los productos. Un iMac de 2009 va a funcionar mejor con Snow Leopard (OS X 10.6) que con El Capitan, lo mismo que un iPhone 4s va a funcionar mucho mejor con iOS 7 que con iOS 9.
- Si es realmente cierto lo que pregona Apple en sus publicidades sobre un iPad que viene a reemplazar al ordenador, es entonces hora de que cuente con un sistema operativo propio, pensado realmente para poder utilizar la tableta como si fuese una computadora. El famoso híbrido, del que tanto se discutió, entre iOS y OS X. Las limitaciones que actualmente posee el sistema operativo para dispositivos móviles a la hora de administrar los archivos son tales que realmente es imposible pensar seriamente en reemplazar un ordenador con el iPad. Lo esencial en este caso va a ser un administrador de archivos para un sistema propio de las tabletas diseñadas en Cupertino.
Con estas dos simples cosas (bueno, tal vez no tan simples) las ventajas que se van a conseguir van a ser muchísimas, en iOS se limitarían los dispositivos a dos versiones de procesador y dos de pantalla por lo que los bugs a mi modo de ver disminuirían notablemente. Lo mismo para el nuevo sistema con el que contaría el iPad (los nombres los dejamos para la gente de publicidad de Apple). Los Mac tendrían más dispositivos involucrados pero los saltos anuales en los ordenadores son de menor importancia que en los móviles por lo que cuatro años sería lógico.
Respecto al iPad, pienso que se daría el impulso que le está faltando en los últimos años pudiendo realmente convertirse en una alternativa a los portátiles.
En horas sabremos qué camino toma Apple, esperemos que sea el mejor para la compañía y fundamentalmente para nosotros como usuarios.