Por primera vez, desde la “liberación del cepo cambiario”, el Banco Central de la República Argentina publicó un informe en el que especificó -dentro de la categoría “turismo y viajes”- que “mensualmente, alrededor de 150 millones de dólares provenientes de las compras no presenciales a proveedores del exterior” salen del mercado local.
Apple, Amazon y Netflix, entre otros, se quedan con el 20% de los dólares que salen de Argentina.
Puntualmente, este monto promedio se refiere a todos los consumos (pagos con tarjeta de crédito y débito) de servicios prestados por proveedores con asiento en el extranjero como Apple, Amazon, Ebay, Netflix, Spotify, entre otros. De los 900 millones de dólares estadounidenses que “salieron” de la Argentina en junio por consumos de argentinos en el exterior, 150 millones (casi un 20%, o un dólar de cada cinco) fueron por servicios como los mencionados.
Dos salvedades. Por un lado, “aquí no se incluyen los servicios de una empresa que posea un receptor local, aunque en el resumen de la tarjeta (de crédito) llegue el consumo en dólares”, según especificaron autoridades del organismo que preside Federico Sturzenegger.
Y por otra parte, se agregó en el mismo informe que “de forma recíproca, en los ingresos también se incluyen las compras no presenciales que hacen no residentes a proveedores argentinos” (aunque, a diferencia de los egresos, aquí no se especificó monto alguno).
Mensualmente, alrededor de 1.000 millones de dólares salen de la Argentina por consumos de argentinos en el exterior.
Hablando del resultado neto entre ingresos y egresos, la Argentina presenta un serio déficit por “turismo y viajes”. Es que, solo en junio, entraron 161 millones dólares pero salieron 1.034 millones, lo que deja un rojo de casi 900 millones de dólares que abandonan el sistema financiero local.
Esta “fuga de capitales” es un grave problema para cualquier economía nacional, lleva necesariamente a la pérdida de liquidez y búsqueda de financiamiento externo, y si esta nueva deuda no se acompaña con desarrollo económico, ampliación de la capacidad productiva y mejoras sustentables de la infraestructura del país -todo lo que no pareciera estar sucediendo- puede derivar en conflictos de los que por estos lares conocemos bastante bien (por desgracia).
