El año 2001 nos dejó muchas cosas y nos quitó tantas otras. Imposible borrarnos de la memoria a De la Rúa, a ese helicóptero y a esta larga crisis económica, de la que nunca terminamos de huir. La Argentina vivió aquellos últimos días de Diciembre con manifestaciones, represión y saqueos… muchos saqueos.
Si bien es verdad que aún no sabemos si aquellos saqueos fueron causa o efecto de la situación financiera y social de ese entonces, ¿quién no se acuerda de ese “chino” vaciado y llorando frente a las cámaras? ¿Quién no se acuerda de ese fin de año silencioso que mostró lo peor de nuestra sociedad? Seguramente todos tenemos alguna imágen o historia de aquellos días.
Y pasaron 15 años, pero cada Diciembre se vuelve a escuchar ese murmullo que presagia la ola de saqueos a supermercados y almacenes. Que, organizada o no, vuelve cada año con una tensa calma que desespera. Y los sindicatos especulan, los grupos sociales reclaman y los Gobiernos tiemblan, acusando a opositores.
Autoridades de Argentina temen por un estallido social impulsado desde las redes sociales.
Este 2016 no es la excepción y les agrego algo, 2017 es año electoral. Por lo que las especulaciones crecen día a día. Y desde el actual Gobierno (un año de gestión) temen por un golpe social semejante que los debilite de cara a la elecciones legislativas.
Es así que, conociendo y tal vez siendo producto de ellas, representantes oficialistas aseguran que, desde las redes sociales, se viene gestando un estallido social con intenciones de “voltear al Gobierno”.
Es el caso de la Ministro de Seguridad, Patricia Bulrich, quien en diversos medios ha asegurado que denunciará a los grupos de Facebook “que incitan a saquear en diciembre e intentan voltear al Gobierno” y detalló que “hay un montón de grupos” en redes sociales que impulsan este movimiento.
De todas maneras adelantó “que no temen que haya disturbios durante las fiestas” porque desarrollaron “una política social muy profunda” para evitar este tipo de embates.
¿Qué sucederá? ¿Qué nos deparará este Diciembre? Solo Dios sabe pero, como cada año, duele “La argentinidad al palo” desde aquel 2001.
