El iPhone X es el primer teléfono de Apple que cuenta con una pantalla OLED, un panel realizado por Samsung que, como sabemos, utiliza este tipo de tecnología desde hacer varios años. En realidad Apple ya había probado las mieles del OLED en el Apple Watch, pero en ese caso con pantallas provistas por LG.
Según DisplayMate, una sociedad encargada de analizar paneles, el del iPhone X es “el mejor que se ha visto en un smartphone”. El mérito de esto en primer lugar tiene que ser dado a Samsung que ha efectivamente ha realizado el panel OLED del iPhone X, pero también una parte importante corresponde a Apple que lo ha optimizado con su Precision Display Calibration que ofrece, como su nombre lo indica, una mayor precisión respecto al color en los dos perfiles o gamut que maneja el teléfono: el sRGB y el DCI-P3.
La pantalla OLED del iPhone X es excelente pero hay que estar atentos porque sigue teniendo los problemas de esta tecnología, en especial el temido burn-in
La pantalla del iPhone X, además, pareciera que sufre menos el tan temido burn-in que, como sabemos, es un defecto intrínseco de la tecnología OLED por el cual cuando hay elementos fijos en la pantalla (especialmente si son brillantes) por un período prolongado, existe el riesgo de quemar los pixeles que lo componen. Apple no excluye la posibilidad de que se presente el burn-in en el display del iPhone X, por otra parte no podría hacerlo a menos que mágicamente hayan resuelto el problema que, recalco, es intrínseco de la tecnología OLED. De hecho en la página de soporte de Apple en el que se hace referencia a los pro y contra de la tecnología, se advierte claramente de “Evitar mostrar imágenes estáticas con el brillo máximo durante periodos de tiempo prolongados”.
Por su parte el sitio coreano coreano Cetizen realizó un test del iPhone X junto con un Galaxy Note 8 y un Galaxy S7 Edge. Una maratón de 510 horas (más de 21 días) que, de más está decirlo, va decididamente más allá de la cantidad de tiempo que se puede tener el teléfono encendido normalmente.
Luego de 17 horas, en el iPhone X se comenzaron a ver ligeras marcas del burn-in, casi invisibles, marcas que no aumentaron en el resto de esta primera parte del test. Las “quemaduras”, según el sitio coreano, “eran tan ligeras que no hubiesen podido ser perceptibles con el uso diario”.
Luego de 62 horas, en el Galaxy Note 8 aparecieron al improviso evidentes marcas. El tester entonces se dirigió a algunas personas para identificar la partes quemadas de la pantalla de ambos dispositivos durante la visualización de una imagen blanca (donde el burn-in se hace más evidente). En el caso del Galaxy Note 8 fueron fácilmente individuadas, en cambio en el iPhone X no se llegaban a ver.
Luego de tres semanas de visualización de la misma imagen a la máxima luminosidad, en los tres dispositivos había marcas burn-in potencialmente permanentes. El Galaxy Note 8 mostró una marca más visible mientras que Galaxy S7 Edge, a pesar de ser un teléfono de una generación anterior, se comportó dignamente y por sobre la pantalla del Note 8 en este aspecto. En tanto el iPhone X, siempre según el sitio coreano, fue aquel que mostró marcas menos evidentes.
El burn-in en los paneles OLED es un problema conocido y en aquellos bien proyectados no tendría que ser permanente. Generalmente las imágenes “quemadas” tienden a desaparecer luego de un periodo de tiempo utilizando imágenes dinámicas y apagando el dispositivo cuando no se utiliza. De todas formas el peligro está siempre latente por lo cual recomendamos algo que a este punto es una obviedad: no visualizar imágenes estáticas con la máxima luminosidad durante largos períodos de tiempo. Aunque al iPhone X le haya ido bien en este test, la posibilidad siempre está latente.