Gastarte mil euros en un smartphone de última generación y que a los meses los componentes comiencen a presentar problemas no es una buena imagen para una marca y en este caso, no es una buena imagen para Apple. Y es que al parecer cada vez es mayor el número de usuarios, que a través del propio centro de soporte de Apple y de los foros de Reddit, informan de que el cristal de la cámara trasera del iPhone X ha comenzado a agrietarse con cierta facilidad.
Al parecer dicho problema no estaría cubierto por las condiciones de garantía que suscribimos cuando adquirimos un iPhone. Por ello Apple no reemplazaría el dispositivo, pese a estar dentro del primer año tras su venta, sino que cobraría por el reemplazo completo del iPhone X.
Crece el número de usuarios cuyo cristal de la cámara trasera del iPhone X ha comenzado a agrietarse
Dentro de las condiciones impuestas por Apple, podríamos considerar el protector de la cámara del iPhone X como “revestimientos de protección diseñados para desgastarse con el tiempo”, por lo que no se le aplicaría la garantía de un año. Sin embargo, menos de un año no lo podemos considerar como el tiempo suficiente para que un protector de un dispositivo de mil euros comience a presentar problemas de desgaste y menos aún grietas.
Podríamos pensar que las grietas y roturas del cristal de la cámara trasera del iPhone X se deben a caídas involuntarias de los teléfonos. Sin embargo, los usuarios aseguran que en ningún momento su terminal ha recibido ningún golpe y lo peor de todo, es que si tenemos en cuenta el historial de las cámaras traseras del iPhone, las grietas no son buenas noticias para Apple. En 2016 se comprobó que el cristal de zafiro del iPhone 7 era menos resistente que el de los relojes y por tanto más fácil de rayar y romper.
El cambio del cristal protector de la cámara trasera del iPhone no estaría cubierto por la garantía de un año de Apple
Realmente no se sabe porque se producen las grietas. Algunos usuarios lo relacionan con el frío, aunque hay algunos iPhone X con desperfectos que están en Malasia, con temperaturas de 36ºC y una elevada humedad. Son problemas difíciles de rastrear y que, aunque los usuarios sean conscientes de que el dispositivo no ha sufrido ninguna caída, puede ser que en el bolsillo del pantalón o en un bolso se hayan golpeado con unas llaves o con otro dispositivo, lo cual no es escusa para lo que ya hemos planteado. Un smartphone de alta gama de mil euros no puede, al mínimo imprevisto, presentar desperfectos en unos de sus componentes, y menos en uno que intrínsecamente sirve para proteger y está muy expuesto.
Esperemos que los problemas se solucionen pronto y Apple responda de forma adecuada si se comprueba que es un problema de fabricación y no es por mal uso del iPhone.
Apple, cuya respuesta a la garantía era legendaria, está entregando, cada vez más, productos mal acabados o mal testeados que fallan en un tiempo absolutamemte inadmisible, pero lo peor no es eso, sino que, lejos de reconocer sus fallos, esconden la cabeza debajo del ala y tienen la desfachatez de inventarse excusas pueriles para no responder de dichos defectos de fabricación.