Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en lo necesario que resulta hoy día contar con un teléfono móvil inteligente. No obstante, llegado el momento de comprar uno, son pocas las personas que estudian en profundidad tarifas, ofertas de las compañías telefónicas y modelos de estos terminales.
Esta tarea no se refiere solo a la compra del dispositivo, que resulta complicada también, sino a decidir por ejemplo si se desea un teléfono más exclusivo y pagarlo a plazos, o bien uno más económico y pagarlo al contado.
¿Cuándo interesa un contrato de telefonía móvil?
Para aquellos que están siempre online, porque le dan un gran uso a las redes sociales o a programas de mensajería instantánea, por ejemplo, lo más recomendable es contratar una tarifa de contrato. Estos contratos normalmente ofrecen tarifas que incluyen ya un número de datos y de minutos.Lo cual permite que el usuario no gaste más de lo que debe.
Al firmar un contrato, se puede consultar la posibilidad de pedir dispositivos como el iPhone X comprar este móvil puede ser una opción si se quiere presumir de contar con uno de los smartphones más avanzados del mercado en este momento. Pagar un terminal como este a plazos es mucho más asequible que hacerlo al contado, ya que se trata de un smartphone con características lujosas.
Comprueba si es un contrato con o sin permanencia
Antes de aceptar el contrato, hay que fijarse especialmente en si se exige un período de permanencia, el cual suele ser de 24 meses. De ser así, en caso de querer cambiar de compañía antes de que finalice el tiempo de permanencia, habrá que pagar un precio extra por la cancelación.
Un beneficio propio del contrato móvil es la posibilidad de renovar el smartphone una vez que finaliza el pago del mismo. Esto se puede hacer a través de un programa de puntos por permanencia, que permite adquirir un teléfono determinado pagando menos por él.
Piensa para qué vas a utilizar el teléfono
Una vez que se toma la decisión de contratar, hay que tener en cuenta una serie de aspectos antes de firmar. Entre ellos están las ofertas que hacen las compañías sobre sus tarifas. Se trata de un elemento fundamental, y que requiere preguntarse antes qué uso se le va a dar al teléfono: uno constante, o más bien una utilización cuando sea estrictamente necesario.
Si este último fuera el caso, no compensaría pagar por tener llamadas gratis durante todo el mes. Ocurre lo mismo con la cantidad de datos disponibles, teniendo en cuenta que cuantos más datos se contraten, más costosa será la tarifa.
También hay que tener en cuenta la prioridad que se le dé a la marca o al tipo de smartphone que se quiere adquirir (por ejemplo, a qué gama debe pertenecer este). En este tema también cabe preguntarse lo mismo, es decir, qué uso se le va a dar al dispositivo. No obstante, hay que tener en cuenta que existen teléfonos que, a pesar de ser baratos, tienen una calidad realmente sorprendente.