“Al final, o eres diferente o eres barato”, ésta es una frase de Guy Kawasaki, quien fuera uno de los responsables del marketing del primer Macintosh, allá por el año 1984.
Básicamente es la base en la que se ha movido Apple en toda su historia, desde el Apple I hasta su más reciente lanzamiento: el iPhone 6s. Es obvio que de esa ecuación formulada por Kawasaki, un verdadero gurú del marketing, la compañía de Cupertino se asocia con la primera parte. No por nada el lema de la empresa por muchos años, desde la vuelta de Steve Jobs en el año 1997, fue “Think different”. Y así como en la publicidad que hizo famosa esta frase, Apple ha seguido siempre un camino distinto respecto a la competencia para la evolución de sus productos, tantas veces revolucionario y siempre asociado con la máxima calidad en la concepción de los mismos, ya sea en el diseño del producto en sí como en el contenido de su interfaz gráfica.
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El iPhone 6s realmente hace ver sus músculos
Todo esto produjo, sin lugar a dudas, una base de usuarios fieles a la compañía de la manzana mordida que siguen atentos cada Keynote y todos los lanzamientos de productos; a veces esperando fuera de los negocios por horas para hacerse, en un primer momento, con el último dispositivo. No voy a entrar en el mérito de este tipo de práctica, pero es un hecho que con la inserción del servicio de reserva previa ha pasado a transformarse en inútil y de puro exhibicionismo.
ELECCIÓN DEL IPHONE
La elección del producto fue dada especialmente por el tamaño del dispositivo. Me gusta poder manejar el teléfono con una sola mano y a menos que me crezca la mano de manera mágica será imposible para mí poder hacerlo con un teléfono de 5,5”; por ende, la elección recayó en la versión de 4,7”. Más acotada y justo en el límite del alcance de mis dedos.
Por otro lado y en práctica, casi obligado por Apple, tuve que elegir una capacidad mayor a la que he usado en las últimas generaciones (16 GB) para pasar a la de 64 GB. Claro que si los de Cupertino hubiesen cambiado la versión base a 32 GB no tendría que haber pasado al nivel intermedio de capacidad, pero esto hubiera implicado 110 euros menos de ganancia. Una elección muy mezquina por parte de Apple.
Las nuevas características de la cámara, con la posibilidad de grabar en 4K y la introducción de las Live Photos, hacen casi obligada la elección de un dispositivo con una capacidad consistente. Quien no haga uso de estas dos características podrá hacer una selección tranquila de la versión base del iPhone 6s.
POR FUERA IGUAL; POR DENTRO, UN JET
El iPhone 6s es, como sabemos, desde el punto de vista estético, prácticamente igual que la versión precedente. Un poco más pesado, sí; ligeramente más grueso, también. Pero la esencia se mantiene inalterada. Efectivamente es muy difícil distinguirlo del iPhone del año pasado a no ser por la “s” que aparece debajo del nombre en la parte posterior del smartphone.
“Lo esencial es invisible a los ojos”, decía Antoine de Saint-Exupéry a través de su Principito, esto es una sacrosanta verdad cuando hablamos del iPhone 6s. Técnicamente es superior, y por mucho, al iPhone 6. Yo no soy amante de los benchmarks y a pesar de que los mismos señalaban una velocidad considerablemente mayor quería probarlo en el uso diario que, finalmente, es lo que cuenta. Quedé sorprendido por la fluidez y la velocidad porque generalmente para el uso cotidiano estas diferencias de rendimiento de procesador y de memoria son mucho menos evidentes.
Respecto a la cámara, que ha pasado a los 12 megapíxeles, ya sea con fotos o vídeos, en un primer momento no noté diferencias evidentes, esto lo reservo para un análisis más profundo y comparativo respecto a lo que se puede conseguir con el iPhone 6. El mismo discurso se emplea para la cámara delantera. Me pareció simpática la introducción del Live Photo, habrá que ver también si es algo que se utilizará con constancia en el tiempo o sólo es un capricho momentáneo. Otra linda función es la del “flash” para la cámara frontal, dónde toda la pantalla se enciende para darnos luz y así obtener selfies con una iluminación sumamente equilibrada.
Quedé enloquecido con el nuevo Touch ID, impresionante la velocidad, basta tocarlo para acceder al iPhone instantáneamente. He leído críticas respecto a esto pero para mí es un importante punto de fuerza del nuevo smartphone.
Dejé para el final lo mejor: el 3D Touch; es realmente el motivo para pasarse al nuevo smartphone de Apple, como ya escribí en varias ocasiones va a cambiar la manera de interactuar con el teléfono, el potencial es enorme y no me ha decepcionado. La respuesta del Taptic Engine es muy precisa y los menús emergentes se han mostrado de utilidad. Espero ansioso que se vayan agregando aplicaciones para esta nueva función que nos trae Apple en su teléfono inteligente.
CONCLUSIONES
Generalmente no suelo cambiar mi iPhone por las versiones “s” pero esta vez di el salto porque las mejoras anunciadas eran sustanciales en todos los campos: mayor cantidad y velocidad de memoria, cámara con 12 megapíxeles, mejora también de la frontal para las videollamadas y selfies (aunque no suelo hacerme), Touch ID renovado, pero fundamentalmente el 3D Touch me inclinaron hacia la renovación anual. Por el momento, y en este primer contacto, estoy más que satisfecho. La evolución es realmente palpable.