Fue hace 15 años, un 9 de enero de 2007, cuando se presentó Steve Jobs con su enorme carisma en la conferencia de apertura del Macworld Expo de San Francisco, ante un público presente muy excitado y el resto del mundo expectante sobre la confirmación de este “secreto” que todos conocíamos.
Pasados estos tres lustros, la famosa y tal vez pomposa frase que el cofundador de la empresa de Cupertino pronunció “Hoy, Apple reinventa el teléfono” no solamente se verificó, sino que ha quedado corta.
Porque el iPhone no solo representó la modificación absoluta del concepto de smartphone sino que cambió los usos y costumbres de una inmensa porción del mundo (junto a la masificación que se produjo a través de la competencia, es justo aclararlo, llegando la idea a todos los estratos sociales).
Más allá de los prejuicios que alguno pueda tener al respecto, es válido afirmar que resulta difícil imaginar una vida sin la simplificación que, a partir de la constante evolución de este primigenio modelo del 2007, nos aportan los teléfonos inteligentes hoy en día.
Steve, en lo que probablemente fue su mejor keynote, anunció que, luego de la creación de dos dispositivos revolucionarios (el Macintosh (1984, cambiando para siempre la industria informática) y el iPod (2001, cambiando para siempre la industria musical) -yo agregaría un tercero, el Apple II (1977), por lo que representó como primera computadora para el hogar de venta masiva-), Apple presentaría la friolera de tres dispositivos revolucionarios: un iPod con pantalla widescreen y controles táctiles, un teléfono móvil revolucionario y un dispositivo para conectarse a internet.
Jobs repitió una y otra vez los nuevos productos dejando en claro que se trataba de uno solo, el fantástico iPhone. Un producto que según Steve estaba por delante de la competencia unos cinco años.
Hoy las características de este asombroso teléfono pueden generar alguna sonrisa, pero eran suficientes en su momento para cambiar de un solo trazo la industria telefónica y, como ya comenté, posteriormente las costumbres y hábitos de una generación ávida de tecnología como ninguna precedente.
El primer iPhone soportaba las redes EDGE, se podía conectar a redes Wi-Fi, poseía una “enorme” (para la época) pantalla de 3,5 pulgadas con una resolución de 320×480 pixeles, contaba también con una cámara fotográfica de 2 megapixeles, un procesador Samsung (sí, leyeron bien) y 128 MB eDRAM.
El iPhone llegó en exclusiva para el mercado estadounidense el 29 de junio de 2007 en dos asombrosas versiones de 4 y 8 GB de memoria, vendidos a 499 y 599 dólares respectivamente. En septiembre del mismo año se eliminó la versión de 4 GB y el modelo de 8 GB fue rebajado a 399 dólares. En enero de 2008 se agregó una versión de 16 GB que se comercializó a 499 dólares.
Este primer modelo solo fue comercializado en Estados Unidos y algunos privilegiados países europeos. En España el primer iPhone que salió a la venta fue el de la generación sucesiva, el iPhone 3G, que se comenzó a vender en julio de 2008.
Hoy parece una obviedad pero lo revolucionario del teléfono consistía en que contaba con un simple botón “Home” y una fantástica pantalla multitouch.
Era distinto a cualquier otro teléfono presente en el mercado. Steve Jobs, por su parte había hecho hincapié en que para navegar por la interfaz del dispositivo se contaba con la mejor herramienta: nuestros propios dedos.
El sistema operativo, por su parte, estaba basado en OS X (una versión adaptada y optimizada para dispositivos móviles), posteriormente pasó a llamarse iPhone OS para luego llegar a nuestro querido iOS en el año 2010.
iPhone: hace ya 15 años que Apple cambió el mundo para siempre, llevando el mundo a tu bolsillo.
Como suele pasar con dispositivos rompedores de estructuras, salieron las habituales voces críticas por la memoria no expansible, la falta de flash para la cámara fotográfica, la imposibilidad de transferir archivos trámite Bluetooth o lo engorroso que podía resultar crear un simple sonido personalizado para las llamadas. Pero esto no hizo mella en el andar triunfal del dispositivo.
Y a pesar de la competencia más económica, el iPhone en estos 15 años se hizo fuerte a partir de los elementos que hicieron grande desde siempre los productos de la manzana mordida: la armoniosa integración entre hardware y software.
Según datos de los de Cupertino, en julio de 2016 ya se habían vendido mil millones de teléfonos, cifra que se duplicaría en solo cuatro años más. En enero de 2021 había mil millones de iPhone activos en todo el mundo. Este gigantesco éxito de Apple la convirtió en la empresa más valiosa del mundo. Recordemos que cuando volvió Jobs a la compañía apenas 10 años antes, la situación era casi terminal…
Hoy, el dispositivo estrella de la empresa co-fundada por los Steve (Jobs y Wozniak) goza de espléndida salud, basta pensar que en el pasado diciembre se vendieron más de 40 millones de unidades.
Ciertamente el iPhone en su camino de 15 años ha afrontado varias polémicas (antennagate y blendgate in primis) pero sigue siendo el teléfono de referencia en el que busca reflejarse la competencia.
Una mañana californiana de hace 15 años el mundo comenzó a cambiar para siempre.