Si bien no logró cumplir las expectativas de ventas de la compañía de la manzana mordida, el Apple Watch domina el mercado de los relojes inteligentes desde las primeras semanas que salió a la venta. Pese a todo, salvo los innovadores, el público en general se echa atrás a la hora de obtener este dispositivo tan personal. Entonces ¿cuál es el problema que encuentran los usuarios por el cual deciden no hacerse con el reloj?
Apple Watch: tanto y a la vez tan poco
A menudo amigos o familiares con iPhone me preguntan acerca del reloj. Sus dudas son siempre las mismas. ¿Para qué sirve? ¿Qué hace? ¿Cuánto cuesta? Después de que les informe un poco me responden que es muy caro, que lo ven inútil y que no lo necesitan. Lo peor de todo es que necesita tener el iPhone cerca para funcionar.
El Apple Watch no es barato, pero tiene un potencial increíble que no se está aprovechando o que directamente no necesitamos. Como yo mismo lo he definido en numerosas ocasiones, es un capricho del que se puede prescindir, al menos por el momento.
Además del precio, las notificaciones en la muñeca alteran bastante a los usuarios. Sobre todo si tenemos en cuenta que muchas veces no puedes responder desde el reloj y acabas sacando el iPhone para hacerlo. Esta dependencia es la que está matando las ventas del Apple Watch. Por suerte Apple está trabajando en ello y creemos que en la segunda generación de este dispositivo lo veremos totalmente independiente del iPhone, o casi. Así sí que me plantearía seriamente hacerme con uno. Entonces pasaríamos a cuestionar la utilidad.
¿De verdad necesitamos el Apple Watch?
Google fracasó con sus gafas inteligentes debido a muchos fallos en la producción y el diseño del producto, pero al final lo más influyente en que no se vendieran fue que el público no estaba preparado para algo así y estaban seguros de que no le servirían para nada. La utilidad es algo importantísimo en un producto. Un Mac, un iPad y un iPhone son productos que se usan a diario, para trabajar, para el ocio, la comunicación y el entretenimiento, pero en el Apple Watch no haces nada nuevo. Es un accesorio para el iPhone, una pantalla secundaria que puedes ver en tu muñeca y una forma clásica, cómoda y bonita de ver la hora, pero por 10 € tienes un reloj normal en cualquier tienda, no necesitas gastar 370 euros más.
Steve Jobs lograba hacer pensar a la gente que necesitaban sus dispositivos, y después pasaban a ser algo imprescindible en el día a día. La fidelidad de los usuarios de Apple es envidiada por otras marcas, pero en lo que respecta al reloj, no he dejado de ver como la gente que se lo compraba lo acababa vendiendo por internet y se pasaban a otras marcas, aunque perdieran funciones.
Esperemos que el Apple Watch 2 pueda resultarnos útil y logre enamorarnos de nuevo, no solo con su diseño y sus esferas de Mickey Mouse, sino también con una utilidad real y una batería más duradera, que es otro de los puntos débiles que tiene.