En una entrevista de 1994 Steve Jobs, en un momento de brutal honestidad, citaba la siguiente frase de Pablo Picasso: “Los buenos artistas copian, los grandes artistas roban”.
Sabemos que para los de Cupertino el punto de fuerza de toda la vida fue hacer más sencillo lo que la competencia presentaba complejo, ya desde el primer Mac con el sistema operativo y el mouse “inspirados” a partir de la visita de Steve Jobs y un grupo de “notables” de Apple al Xerox PARC y luego de ver el Xerox Alto, el primer ordenador en utilizar una interfaz gráfica. Claro que la gente de Xerox no creía en una implementación a larga escala del producto, en cambio Steve vio más allá y lo utilizó primero en el Apple Lisa y posteriormente en el Mac.
A lo largo de los años Apple salió al mercado con productos que utilizaban tecnologías que ya habíamos visto en otros dispositivos de la competencia, pero que en general no habían podido afinar de manera tal de hacerlos fáciles de utilizar para los usuarios o que, en definitiva, funcionasen sin fallos. Esta aproximación hacia el usuario final con elementos muy amigables e intuitivos hace que muchos piensen que efectivamente ha sido la empresa de Cupertino quien inventó el primer reproductor de archivos mp3, el primer smartphone o haber sido la primera en implementar el lector de huellas dactilares. De todas maneras aún quien no es un seguidor acérrimo de la compañía deberá admitir que el paso que dio Apple fue fundamental para que, en definitiva, estas nuevas tecnologías llegasen a una gran masa de usuarios. Y esto no es un tema menor, porque el llevar estos avances a un gran número de personas permitió que la industria se desarrollase de manera tal que todos accedamos a las mismas utilizando (o no) un producto Apple. Probablemente no habría un Windows sin que hubiese existido el Mac OS 1.0 ni un Samsung Galaxy sin un iPhone.
Justamente, emular tecnologías perfeccionadas por la compañía de la manzana mordida ha sido por mucho tiempo una constante en los productos de la casa coreana que en determinados momentos pareció copiar todo lo que hacía Apple. Claro que, como sostenían Jobs o Picasso, no es lo mismo copiar que robar para mejorar. Es justo decir, de todas formas, que en cierto punto encontraron su propio camino y comenzaron a desligarse (al menos un poco) de lo que hacían los de Cupertino.
Samsung estaría trabajando en una solución eficaz para emular el Face ID
La cuestión es que según el sitio BRG (que cita fuentes propias), Samsung estaría trabajando para reemplazar el inseguro sistema de reconocimiento facial que poseen sus terminales de alta gama por una tecnología más sofisticada como la que utiliza el Face ID de Apple a partir de la cámara TrueDepth que posee el iPhone X. Lo cierto es que la solución que encontró la compañía guiada por Tim Cook es muy segura y válida pero extrema (algo que es habitual para la empresa, recordemos los varios MacBook con entradas USB-C solamente o los primeros iMac sin lector de DVD o CD o para ir más lejos sin lector de diskettes de 3,5 pulgadas) y en determinados momentos todavía se extraña un poco el Touch ID.
¿Estará Samsung tan segura de su tecnología como para archivar definitivamente el lector de huellas dactilares? Tal vez esa sea la sutil pero fundamental línea que separa copiar de robar.