En un país como el nuestro -la Argentina-, tal vez por la lejanía o por lo complicado que se ha vuelto acceder a ella, sigue generando impacto toda noticia relacionada a la tecnología. Y más aún si esta tecnología es de aplicación directa a uno de los grandes problemas sociales que tenemos, la inseguridad.
La justicia argentina deberá determinar el grado de participación de los malvivientes.
Hoy mismo está dando vueltas por los medios, una noticia que tiene diversos condimentos: alta sociedad, mucho dinero, varias estafas y un iPhone.
En la ciudad balnearia de Pinamar, un grupo de personas -compuesto de dos mujeres y tres hombres- está acusado de perpetrar diversos actos delictivos. La modalidad era siempre la misma, el llamado “escruche”, que consiste en el ataque a casas deshabitadas.
Fue un modelo de iPhone 6, el que permitió este hallazgo.
Al parecer, este grupo tenía una importante infraestructura y organización. Se movilizaban en camionetas de alta gama y permanecían varios días en las casas que tomaban.
Se supo además que las cinco personas acusadas eran parte de una familia de gitanos que se habían instalado, simulando ser turistas, en un chalet ubicado en el norte de la ciudad de Pinamar.
Sin embargo, esta vez no contaban con que, unos de los iPhone robados, mantenía activado su sistema de geolocalización y que podían ser rastreados. Según la misma policía, esto fue determinante para dar con el paradero de los malvivientes.
De los allanamientos realizados se secuestraron cuatro teléfonos de marca Apple, diversos electrodomésticos y muchísima ropa de los daminificados.
Fue un modelo de iPhone 6, el que permitió este hallazgo. La Jefatura Departamental local tuvo acceso a él vía iCloud, y lo siguió hasta el lugar en donde encontraron a estas personas intentando nuevamente robar otra casa de la zona.
Se trata de una familia de gitanos que se había instalado, en Pinamar para cometer estos delitos.
En paralelo, y luego de realizar inteligencia, se realizaron requisas en otras propiedades, en donde también se secuestraron valores que serían de origen ilícito y habrían sido sustraídos por la misma banda.
Es ahora la justicia, la que a partir de datos aportados por testigos y la misma investigación policial, quien tendrá que determinar si los detenidos fueron efectivamente quienes realizaron estos (y otros similares, también en temporadas anteriores) delitos contra la propiedad, así como su posible vinculación con otras bandas de la Provincia de Buenos Aires.