Tal y como lo adelantábamos la semana pasada, el iPhone X ya está disponible para “preventa” en la Argentina (a partir del 19 se podrá retirar en tienda). El viernes, las cadenas Frávega y OneClick, habilitaron un sitio especial para recibir pedidos por el último dispositivo de Apple. Y se espera que, en los próximos días, también esté disponible su compra a través de la operadora Claro, y de la reseller oficial Maxim.
¿El precio? Desde $ 42.999 (en OneClick), por lo que estamos hablando -claramente- del teléfono más caro del mercado local, y probablemente del mundo.
El iPhone X de Argentina es el teléfono más caro del mercado local, y probablemente del mundo.
¿Cómo puede ser que un “celular” cueste más de 40 mil pesos? Y la respuesta es… en Argentina todo es posible. Si bien la tendencia debería ser hacia la baja por la escalada desaparición de los aranceles de importación, continuamos con precios que -en general- duplican los estadounidenses. Esa bendita tasa del 35% que dejará de existir recién en 2023 (para los productos importados).
Pero hablamos de un 100% de diferencia (o más), ¿qué es lo que sucede? La cuestión es que, además de la obvia carga impositiva, está la costosa financiación de un período inflacionario como el actual. El empresario paga en dólares al día, para recibir el lote algunas semanas después. En ese tiempo, probablemente, la realidad económica habrá sufrido varios ajustes, inflación extrema y devaluación monetaria. ¿Qué necesita un negocio? Previsibilidad, cosa muy difícil de conseguir por aquí.
¿Y si el iPhone X se ensamblara en Tierra del Fuego? Sería un poco más barato. El Samsung Galaxy Note8 (us$ 900) tiene un precio local de $ 25.000 (us$ 1315), se beneficia con la disminución de aranceles a la “industria nacional”, aunque mantiene precios altos en relación a otros mercados. De todas maneras, se prevé que estos precios disminuyan aún más en los próximos años.
Eso sí, al comparar los valores actuales de la Argentina con los de otros países importadores, el panorama mejora (un poco). En Estados Unidos, la tecnología es particularmente barata, pero en México, Canadá o incluso en España, hay que pagar entre 1300 y 1400 dólares por un iPhone X. Es más, en la meca de las compras para los argentinos -Chile-, el precio final es de 1500 dólares.
El más cercano es Brasil: el teléfono “décimo aniversario” de los de Cupertino tiene un precio de 7000 reales, 2200 dólares.
“En el caso concreto de la importación de los iPhone, el cálculo del costo de importación se realiza sobre una base del costo FOB (el precio en China) más el flete, más el seguro. A eso se le agregan los derechos y se llega a lo que se llama “base del IVA”, y que en los productos comunes lleva luego el IVA, IVA Adicional y Percepciones. Luego interviene el Impuesto Interno, y se le aplica un cálculo con una estimación de la propia ley, que postula un margen teórico. Pero esto es solamente lo que se debe pagar para sacarlo de Aduana. El IVA es del 21%, el IVA Adicional y las percepciones dependen de la situación fiscal de cada importador y las provincias donde tenga sedes. El impuesto interno desde diciembre tiene una tasa nominal de 10,5% y una tasa efectiva de 11,73%, pero que aplica sobre el precio de venta, no sobre el costo”, detalló a La Nación, Héctor Goldin, de Maxim.
Si el iPhone X se ensamblara en Tierra del Fuego sería (un poco) más barato.
Y agregó que “luego debe calcularse el precio neto de venta, y una vez calculado, compararlo con lo pagado efectivamente en la Aduana. Si el cálculo del Impuesto Interno sobre el precio de venta es mayor que lo pagado en Aduana, entonces habrá que pagarle a la AFIP la diferencia. Si se pagó de más a la Aduana no se recupera, por lo que hay que agregarle al costo esa diferencia. Además, para llegar al precio de venta se deben tomar en cuenta los costos financieros de acuerdo al tipo de pago que se realice, y recordando que el precio FOB se paga en dólares y los costos de Aduana se pagan en pesos, pero calculados sobre los valores en dólares convertidos al día del despacho de aduana, o sea que al vender el producto en pesos, recién se saben los dólares que se recibirán el día que se depositen los fondos en pesos y se puedan convertir a dólares.”
“Una vez que se define un precio de venta estimado al público, se le debe deducir el IVA y el Impuesto Interno que aplica a la venta, por lo que la manera de calcular el precio definitivo es a través de un cálculo iterativo que se hace hasta lograr que el precio de venta menos todos los impuestos sea igual al objetivo para recuperar los costos“, concluyó Goldin.