Parece que la pandemia producida por el Coronavirus no tiene final. Pero estamos más cerca que hace un año y medio cuando se inició todo esto. Ahora con las vacunas, con las medidas de test y con la medicina haciendo una labor increíble, la vida parece que vuelve un poco a cómo estaba antes. Pero ¿queremos que vuelva a ser como antes? ¿Estamos preparados para una vuelta presencial al trabajo? ¿Es buena idea volver?
Muchos empleados de Apple no quieren volver presencialmente. De verdad ¿Estamos preparados para una vuelta presencial al trabajo?
Cuando se inició la pandemia una de las primeras medidas de las empresas, que pudieron llevarla a cabo, fue implantar el teletrabajo. Al principio parecía hasta genial eso de tener que trabajar desde casa sin tener que ir a la oficina. Había muchos memes haciendo alusión que trabajar en pijama era lo mejor.
Sin embargo a medida que pasaban los días, las semanas y los meses, la idea idílica de ese trabajo desde casa ya no lo era tanto. Los memes se centraban más en la locura que estaba generando no salir de casa más que en las risas de volver a conectarse en pijama con la taza de café caliente.
Un año y casi medio después, con la vacunación ya muy adelantada, con los test más específicos y con el personal sanitario más preparado (pero también más cansado), los gestores de las empresas se plantean la vuelta presencial al trabajo. La pregunta que surge es: ¿Estamos preparados para una vuelta presencial al trabajo?
Parece que muchos empleados de Apple no están preparados.
Hoy sale una noticia que advierte que muchos empleados de Apple han amenazado con dejar sus empleos si se les sigue denegando las solicitudes de continuar con el teletrabajo. Apple ha decidido que ya es hora de empezar a reincorporar a su personal laboral. Sin embargo no piensan lo mismo.
Una encuesta interna organizada por los empleados de Apple mostró que al menos el 90% de los empleados quieren flexibilidad cuando se trata de trabajar de forma remota, pero la compañía argumenta que trabajar presencialmente es esencial y espera que todos vuelvan a la oficina pronto.
Por tanto no se si la pandemia nos ha hecho cambiar nuestros hábitos. Es decir, seguimos teniendo recelo de acudir a la oficina y compartir espacio con otras personas o por el contrario, nos gusta de verdad el trabajo desde casa y no queremos desprendernos de esa comodidad.
En mi caso personal, no he tenido teletrabajo nunca por motivos laborales. Sin embargo la mayoría de las personas que me rodean en mi día a día, sí lo tienen. Algunos ya han vuelto presencialmente. Y me han comentado de todo. Algunos que ya había ganas de poder salir de casa y otros que prefieren su casa porque se concentran mejor y trabajan de manera más productiva (eso es porque no tienen niños, claro).
La cuestión es determinar si la sociedad está dispuesta a volver a su trabajo de manera presencial o prefieren seguir en casa. Las empresas sacaron pecho advirtiendo que el teletrabajo no había mermado sus objetivos ni tampoco su consecución de beneficios. POr tanto era buena idea seguir con ello.
Yo pensaba que el teletrabajo había venido para quedarse y creo que no iba mal encaminado. Puede que haya puestos de trabajo que requieran presencialidad. Eso no lo discute nadie. Pero es verdad que hay determinadas labores que se pueden desempeñar desde el hogar. El problema, como siempre, es determinar las condiciones de ese teletrabajo.
Estaremos de acuerdo en que no pueden ser las mismas condiciones que el que se tiene que desplazar todos los días. Pero eso tampoco puede suponer una restricciones de los derechos de aquellos que se quedan en casa. Ese será el mayor problema, porque el teletrabajo fue una medida que nos vino impuesta. Las empresas no estaban preparadas y para muestra un botón: Las compras masivas de dispositivos digitales para desempeñar estas funciones.
Hay que legislar de manera adecuada esta situación y aún estamos a tiempo porque parece que la pandemia da treguas pero no finaliza. Ahora bien, como pensemos que todo será coser y cantar cuando acabe, estamos equivocados. Apple estaba equivocada.
