Si bien hay que reconocer que Apple suele tener éxito en casi todos sus productos y no deja de ganar ingresos, debemos reconocer que no es oro todo lo que reluce. Esta marca, como cualquier otra, tiene sus luces y sus sombras. Y no sé tú, pero a mí me gusta medir las cosas en su contexto y no comparar manzanas con peras, sino con otras manzanas. Así, pensando esta mañana en la AirPower cancelada y la posibilidad de un iPhone sin puertos, he llegado a la conclusión de que la carga inalámbrica fue el gran fracaso de Apple. No sé si algún día conseguirán redimirse, pero por ahora es así. Hablé de ello cuando se anunció que se cancelaba la base oficial y lo comento a continuación.
La carga inalámbrica: tarde, básica y prescindible
En el Apple Watch vemos una carga inalámbrica imantada muy interesante. No hay puertos, pero tampoco los echamos de menos. Se pega el cargador y de cero a cien en dos horas. Con el iPhone lo normal ha sido siempre conectar su cable, con un tipo de puerto u otro, y esperar. Podíamos utilizarlo mientras cargaba, moverlo sin problema y disfrutar de una experiencia casi completa sin desconectarlo. En lo que respecta a su carga, solo hemos visto dos mejoras: la primera enfocada en la velocidad en la que lo hace, la segunda en la posibilidad de hacerlo sin cables.
Desde el iPhone 8, 8 Plus y X, todos los modelos nos permiten cargar más baterías en menos tiempo. Para ello tenemos que utilizar un cargador que no sea el básico de 5W. Los iPhone 11 Pro y Pro Max incluyen un cargador de mayor capacidad. El resultado es impresionante. Tarda mucho menos y viene bien en ciertas situaciones, aunque la batería física del teléfono se ve resentida en mayor grado. Y también fue con el iPhone 8 con el que entramos en el mundo de la carga inalámbrica. A ello se le sumó la base de Apple, la AirPower, que luego fue cancelada.
¿Ha cambiado la forma en la que los usuarios utilizamos el iPhone? Algunos más avanzados sí pueden usar la carga inalámbrica en su día a día, pero no es la norma. La mayoría seguimos con el cable y ni valoramos comprar una base de este tipo. ¿Es eso un éxito para Apple? Yo creo que no.
Los AirPods como ejemplo de revolución del mercado
Con el iPhone 7 y 7 Plus se quitó de en medio el puerto de auriculares y se presentaron los AirPods. ¿Para qué queremos cables si por 179€ tenemos auriculares cómodos, agradables y que no se caen con un uso normal? Puede parecer absurdo, pero se convirtieron en los más populares del mercado. Automáticamente todas las marcas siguieron la tendencia de los auriculares inalámbricos pequeños. Y no solo el concepto, también el diseño fue copiado e imitado. Tengamos un presupuesto mayor o menor a la hora de adquirir unos, podemos llevarnos unos inalámbricos. Lo raro es ver a alguien que siga enganchado a su móvil por cable.
Esto lo cuento como ejemplo de un éxito brutal. Para Apple los AirPods han sido mucho más que una puerta abierta a los ingresos y a las ventas. Les posicionó a la cabeza de la innovación y del mercado, aún no siendo los primeros en lanzarlos al mercado. El resto de las marcas siguen siendo seguidores en ese sentido, mientras que la manzana mordida lleva la voz cantante.
Volviendo a lo de antes, ¿ha ocurrido lo mismo con la AirPower y la carga inalámbrica? Es evidente que no. Los cables siguen siendo lo más cómodo, lo más barato y la opción preferida de los usuarios. Podemos gastarnos 30, 50 o 150€ en una base de carga inalámbrica, pero no nos está cambiando nada. Es más, en ciertos aspectos nos impide usar el iPhone con la comodidad de antes. Sí, no está atado, pero para utilizarlo hay que dejar de cargarlo, porque al levantarlo… ¡Vaya! Ya no se carga.
¿Qué habría ocurrido si la AirPower se hubiera lanzado al mercado?
En el caso de que hubiera dado problemas o no hubiera funcionado correctamente, habría sido un terrible error. Eso es evidente, pero quiero que imaginemos el concepto de esta funda tal y como nos lo vendieron en aquella presentación. Una funda sobre nuestra mesilla o nuestro escritorio en la que dejar caer el Apple Watch, la caja de los AirPods o el iPhone. Con la influencia que tiene Apple para este tipo de accesorios, no habríamos tardado en desear una, ya fuera oficial o de terceros. El boca a boca habría extendido un poco más el producto y, al final, nos acabaríamos acostumbrando a ella y detestando los cables.
La competencia habría hecho lo mismo lanzando opciones más interesantes y económicas. Habríamos visto bases inalámbricas de todo tipo. El mercado tendría interés en ese producto. Pero al cancelar la AirPower se cancelaron los sueños de los usuarios en este sentido. Total, como decía al principio, no es tanto lo que se nos ofrece.
Espero que Apple vuelva a sorprendernos en este sentido, pero de verdad. Que la carga inalámbrica permita algo más que cargar un dispositivo que se encuentra pegado a una base de aluminio o plástico. Si hay una marca que puede hacer que se vuelva popular, es Apple. Hasta que esto ocurra, seguiremos viendo la carga inalámbrica como ese extra innecesario del iPhone y un episodio oscuro de su historia.