Pandemia, cuarentena y teletrabajo. Lo que pensábamos que ocurriría recién dentro de algunos años más se ha vuelto una urgencia de la noche a la mañana. Todos debimos salir (quedándonos en casa) a buscar soluciones para seguir comunicándonos, para seguir trabajando, para seguir viviendo. Es que el coronavirus no solo fue desastre, sino que nos trajo también la digitalización acelerada de muchas actividades, aunque con ella (así como sucede con cada avance) llegaron a su vez algunos riesgos extra.
“Zoombombing”, la irrupción maliciosa -en los encuentros llevados a cabo mediante Zoom- por parte de personas que no fueron invitadas…
Es en este marco que las prestadoras de servicios digitales en general vieron un crecimiento exponencial de usuarios y consumos. Pero fueron las plataformas capaces de conectar a grupos enteros de personas las que han explotado todas las métricas. Aún en cuarentena, grupos de amigos, de compañeros de trabajo y de profesionales vinculados han retomado sus encuentros pero a través de Internet con los beneficios (y riesgos) que ello podría implicar.
De todas maneras, es evidente que si debiéramos hablar de una plataforma en particular que se haya destacado por sobre las otras en estos días, inmediatamente nos referiríamos a Zoom Cloud Meetings. Es que la aplicación de origen chino, en apenas treinta días, multiplicó por seis sus usuarios y con ello logró un valor de bolsa de más del doble de Twitter.
Ahora bien, llamar tanto la atención fue para Zoom un cuchillo de doble filo. Es que con la misma fuerza que creció fue sometida al escrutinio de expertos informáticos.
Los directivos de Zoom prometieron mejorar la seguridad de la plataforma, y hasta allí es lo que pueden hacer…
Y fue así como se supo que la aplicación compartía información con Facebook (aún de los que no tenían cuenta en la red social), que los chats individuales podían ser vulnerados, que su software instalaba malware en los terminales y que el cifrado “extremo a extremo” no era tan… cifrado. De hecho, en las últimas horas, supimos también que millones de contraseñas ya están a la venta en la Dark Web. Todo lo que derivó en una profunda actualización de la aplicación y en una importante reestructuración en la empresa, sin perjuicio que la confianza de parte de los usuarios se encuentre ya muy afectada.
Los directivos de Zoom prometieron mejorar la seguridad de la plataforma, y hasta allí es lo que pueden hacer. Porque luego les toca a los usuarios ser más precavidos, en Internet en general, pero en el uso de la plataforma social aún más. En los últimos días se ha popularizado el término “zoombombing”, que no es más que la irrupción en los encuentros llevados a cabo mediante Zoom por parte de personas que no fueron invitadas.
¿El fin de la irrupción? Molestar. Lamentablemente se ha vuelto muy común, y por parte de personas que de hecho no son muy duchas en informática sino que utilizan información pública o social para llevar a cabo su fechoría.
Sin lugar a dudas, si debiéramos hablar de una plataforma en particular que se haya destacado por sobre las otras en estos días, inmediatamente nos referiríamos a Zoom Cloud Meetings…
¿Cómo evitar ser víctima de “zoombombing”? Aquí algunas recomendaciones para configurar los encuentros.
- ID personal. La aplicación permite usar un ID diferente con cada reunión. Optar por esta función limita de alguna manera la divulgación del usuario.
- Contraseña. Resulta obvio, pero muchos entienden que la falta de contraseña es darle practicidad al entorno virtual. Es un error, la contraseña es seguridad y privacidad.
- Silenciar al entrar. Una de las configuraciones posibles es silenciar al participante al entrar. Con ello se evita, por lo menos, la irrupción más agresiva.
- Pantalla compartida. Es posible evitar que los usuarios aporten a la pantalla general. Silenciar y no evitar lo visual, puede no tener sentido.
- Eliminados. La configuración permite bloquear el ingreso de participantes eliminados de la reunión.
Lo idea es compartir, sólo si es seguro. Siempre es recomendable no compartir al público en general la invitación (perfil público, sitios de terceros, etc.). Pero si es objetivo es justamente la captación de interesados, será mejor tomar las anteriores y todas las medidas que sean posibles (como limitar los chats privados) para hacer un uso seguro y sostenible de Zoom, estaremos cuidándonos a nosotros y también a los otros.