La Apple Card ya se ha puesto en marcha, al menos en EEUU, y parece que el nuevo proyecto de la compañía americana va viento en popa. Tal vez se deba a su unión con Goldman Sachs y sus, digamos, facilidades para acceder a una de ellas.
La Apple Card no es para ricos
Siempre que se habla de Apple, hay quien dice que los productos de la manzana mordida son para gente con mucho poder adquisitivo. Dejan de lado de un plumazo, la facilidad de uso de iOS, la seguridad de sus terminales o la privacidad.
Con la Apple Card, pasa lo mismo. Muchos piensan que está dirigido a un público con unos cuantos ceros en su cuenta. Pero nada más lejos de la realidad. Se sabe que Apple no quiere dejar de lado a sus posibles consumidores y por ello, está facilitando el acceso a su adquisición.
Goldman sachs está entregando la Apple Card a aquellos con un riesgo crediticio superior al normal, siempre hablando en términos de riesgo según el mercado norte americano.
Jobs quería una tarjeta para todos
El ex-director creativo de Apple, Ken Segall ha manifestado que Steve Jobs estuvo involucrado en el proyecto de una tarjeta de crédito para iTunes, pero no pudo acordar los términos mínimos con un banco asociado. A finales de la década de 1990, se planteó la posibilidad de lanzar una Apple Card, pero no le gustaba la idea de que los clientes fueran rechazados.
Cuando Apple sostuvo conversaciones con Capital One sobre la creación de una tarjeta conjunta a finales de la década de 1990, el cofundador de Apple Steve Jobs “tuvo una aversión” a rechazar a cualquiera de sus clientes para la tarjeta, según un ex ejecutivo del banco. Probaron una tarjeta, pero no la desplegaron ampliamente, dijo esta persona.
Yo no entiendo demasiado de riesgo monetario o de créditos, pero lo que me dice el sentido común es que, si damos tarjetas de crédito a aquellos que no pueden pagar lo comparado con ellas, esas personas se endeudarán y sus adquisiciones podrán quedar en el olvido.
Ahora bien, un consejo que os doy al igual que me lo dieron a mi. Nunca te compres algo que no puedas pagar. Parece de perogrullo, pero hay quién se le olvida en ocasiones y entonces, pasa lo que pasa.