Alguien me enseño una vez que lo mejor, en lo que se refiere a diseño y desarrollo de apps, es sacar a la luz la nueva aplicación tan pronto esta esté “decente”. Esto significa que si hemos desarrollado una app, no esperemos demasiado en ofrecerla a los usuarios de la App Store, porque ya tendremos tiempo de mejorarla (la nueva app). Claro, esto trae consigo muchas preguntas a la primera linea de fuego, y es que muchas veces -por no decir todas- las nuevas apps cuando las tenemos listas para liberarlas en la App Store resulta que vemos que podemos mejorarlas (o añadir novedades). Pero si nos ponemos a mejorar y a corregirla, resulta que alargamos su periodo de desarrollo y tardamos -quizás mucho- en ponerla al alcance de los usuarios hambrientos de apps.
La obsesión por las actualizaciones diarias
Esta teoría, la cual comparto al 90%, tiene por contra una parte no tan bonita, y es que sí, efectivamente hay que sacar las apps a la luz cuanto antes, pero claro, como es una app recién nacida y por lo tanto muy mejorable (en casi todos los casos), pues casi al 100% va a ser necesario desde el primer día el tener que aplicar mejoras, correcciones de errores y demás acciones relacionadas.
Todo lo dicho sumado a las evoluciones del software (iOS) y sumado también a que hay que añadir mejoras y novedades a las apps, nos da un resultado un tanto engorroso. Si, me refiero a que hay muchas actualizaciones siempre disponibles. De tener un sola app instalada en el iPhone (iPad, iPod, etc…) seguramente tendríamos una actualización de esa app -mínimo- una vez por semana… pues ahora imaginad lo que supone tener -por ejemplo- 20 aplicaciones en el iPhone. Sí, eso es, no hay día, ni hora (y quizás ni minuto) en el que no tengamos una app que actualizar.
Así pues, el icono de la App Store siempre tiene un globo rojo con un número en blanco indicando eso, el número de apps a actualizar (claro está que eso será así si no tienes el iPhone configurado con las actualizaciones automáticas cuando estás en una red Wi-Fi).
Por ello, la encuesta de hoy sirve para saber que os parece esta práctica tan habitual de que las apps se actualicen quizás “demasiadas” veces. ¿Muchas correcciones de errores? ¿Demasiadas novedades en poco tiempo?
En fin, por un motivo u otro, siempre hay apps que actualizar, y eso puede implicar estar demasiado pendientes de actualizar apps y eso puede convertirse en un problema (obsesivo)…. ¿o no lo crees así?
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